Ciudad de México (Récord).- Javier Orozco demostró cualidades deportivas desde que era un niño. A los cinco años comenzó a jugar beisbol y formaba parte de un equipo en su tierra natal, Los Mochis, Sinaloa.
Durante mucho tiempo pensó ejercer este deporte de manera profesional; sin embargo, las cosas cambiaron cuando Luis, su hermano mayor, debutó como futbolista y decidió seguir sus pasos.
Javier sólo tenía en mente un objetivo, convertirse en jugador profesional y militar en uno de los equipos más importantes de México. Su meta fue alcanzada en el año 2005, cuando con tan sólo 17 años tuvo oportunidad de debutar con Cruz Azul, equipo donde portó la camiseta celeste a lo largo de ocho años, de acuerdo al diario deportivo
«Me gustaba mucho jugar beisbol, estaba en un equipo y mi mamá siempre me llevaba a los partidos. Era muy bueno para batear y decía que quería ser beisbolista, el fut no me llamaba la atención. Soy aficionado de los Yanquis y siempre que tengo oportunidad voy a partidos», declaró el Chuletita.
Para el sinaloense, las cosas no han sido fáciles, ha pasado por varias pruebas y ha tenido que hacer muchos sacrificios, incluido alejarse de su tierra hasta separarse por completo de su familia.
Todo este tipo de cosas lo han llenado de fortaleza y lo impulsan a seguir realizando sus sueños. Una de sus más grandes ilusiones es convertirse en uno de los mejores delanteros y dejar huella en el futbol mexicano.
