Expok es una empresa especializada en comunicación de RSE y sustentabilidad. María José Evia Herrero, autora de esta columna, es coordinadora de contenidos de ExpokNews, además de escribir en diversos medios sobre equidad de género, diversidad y literatura.
Hace tan solo unos días, 13 mujeres, colaboradoras de Aeroméxico, hicieron historia simplemente por presentarse a trabajar: al volar de la ciudad de México a Shanghái, se convirtieron en la primera tripulación 100% femenina en hacer un vuelo transcontinental.
Cuando me enteré de la noticia no comprendí por completo su importancia. “¿De verdad este es un récord que todavía no se cumplía?”, pregunté. Entonces me explicaron que, por razones del sistema en el que se certifica a la tripulación, así como por los horarios de un vuelo tan largo como este, es muy raro que un vuelo cuente con un equipo de un solo género.
Nos interese o no el mundo de la aviación (que, dicho sea de paso, no es precisamente conocido por su diversidad de género), este es un hito que vale la pena analizar, pero poco análisis se ha visto en los medios o por parte de la misma aerolínea que dio a conocer el hecho.
La gran mayoría de las notas que circularon al respecto mencionan tan solo que este fue un viaje histórico, pero no por qué no había sido posible con anterioridad y qué acciones toma Aeroméxico para convertirse en la empresa que hizo posible el cambio.
La publicación especializada En el Aire ahondó un poco en el tema, explicando que “la intención de la aerolínea, en conjunto con los sindicatos ASPA y ASSA, es implementar este tipo de acciones, no sólo en fechas específicas como es el caso del día de la mujer, sino en operaciones regulares.” Una declaración un tanto torpe que solo significa “las trataremos como las profesionales que son, no como una treta de relaciones públicas.” Esto es el mínimo que una mujer espera en cualquier industria, pero más en una que puede ser considerada un “club de Tobi”.
Por supuesto, es buena noticia que Aeroméxico esté consciente de la importancia de impulsar a sus colaboradoras, pero también resulta un poco vacía la forma en la que ha llamado la atención sobre este vuelo histórico: sin entrevistas con la tripulación, sin datos sobre la equidad de género en la industria, sin ningún insight más allá de la “estrellita en la frente”.
Muchas compañías confunden la equidad de género con darle el día libre a las madres el 10 de mayo o con generar acciones para del Día de la Mujer. Si Aeroméxico quiere demostrar que su estrategia va más allá, debe comenzar por comunicar mejor.