Mediante una tomografía se identificó lo que podría ser un conducto que corre desde la Plaza de la Luna a la Pirámide de la Luna.
Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad Nacional Autónoma de México explican que el hallazgo confirmaría que los teotihuacanos reprodujeron el mismo patrón de túneles asociados a sus grandes monumentos. Al igual que la Pirámide del Sol y el Templo de Quetzalcóatl, la Pirámide de la Luna podría contar con un conducto subterráneo.
Las imágenes preliminares sugieren una cavidad recta a diez metros de profundidad. Los resultados definitivos estarán listos en unos meses.
La función del túnel podría haber sido la emulación del inframundo, el lugar en que se recreaba el origen de la vida, las plantas y los alimentos. Se cree que su uso fue estrictamente de carácter ritual, para efectuar ceremonias propiciatorias de los ciclos agrícolas.
Una vez que se tengan los resultados definitivos, el siguiente paso será explorar la cavidad. Esta oportunidad se perdió con la Pirámide del Sol, cuando en la década de los setenta, el arqueólogo Jorge Acosta descubrió que el túnel bajo esta edificación había sido saqueado, probablemente por los mexicas a principios del siglo XVI.
El estudio permitirá conocer si existen otros conductos alrededor de la pirámide, ya que el año pasado se detectaron algunas alteraciones en el subsuelo, en particular grandes fosas y canales relacionados con rituales.