Madrid, España.- La desbandada que sufre el bitcoin después de pulverizar sus récords activa de nuevo las alertas sobre un estallido de la burbuja.
El rally del bitcoin no se frenó una vez conquistada la barrera psicológica de los 10.000 dólares. La oleada de compras continuó, y la divisa virtual amplió su rally en el día de ayer hasta superar el umbral de los 11.400 dólares. En estos niveles la revalorización sólo en el año alcanzaba el 1000%, al multiplicar por más de diez su precio desde finales de 2016.
El asalto a la barrera de los 10.000 dólares agravó el debate sobre si la conquista de este nivel serviría de ‘efecto llamada’, animando a nuevos inversores a sumarse a esta euforia, o bien aceleraría la recogida de beneficios.
La euforia da paso en las últimas horas a una severa desbandada. A pesar de la magnitud de este correctivo, el bitcoin ya ha sufrido caídas similares durante el espectacular rally que acumula en el año.
La toma de las cuantiosas plusvalías cosechadas acelera las bajadas, superiores a los 2.000 dólares. Apenas 12 horas después de alcanzar máximos históricos por encima de los 11.400 dólares, el bitcoin se desinfla hasta llegar a perder los 9.000 dólares. Poco después se estabilizaba en el entorno de los 9.500 dólares.
Durante este mismo mes, el bitcoin ya había superado con creces una corrección próxima al 20% antes de alcanzar nuevos récords.
Partidarios vs detractores
Los analistas habían advertido que la ausencia de autoridades que respalden el bitcoin, del mismo modo que da rienda suelta a sus subidas, también deja el camino completamente despejado para su descalabro.
La subida vertiginosa que acumula eleva las alertas sobre la contundencia que podría alcanzar un eventual desplome. Las firmas que advierten con mayor insistencia sobre un posible estallido de su burbuja destacan además que la ausencia de una base de grandes inversores institucionales otorga mayor fragilidad a su escalada.
En el extremo opuesto, los analistas más entusiastas con la evolución de la criptodivisa sostienen que la apertura de nuevas vías de acceso a los inversores a través de los futuros y, a medio plazo, a través de posibles fondos cotizados (ETF) ampliarán la base inversora.
A medida que se ‘globalice’ la inversión en bitcoins, añaden sus partidarios, en el futuro terminaremos teniendo una criptomoneda como divisa de reserva mundial.
Hasta entonces, y como ha sido habitual desde sus orígenes, la volatilidad continúa siendo extrema, también en el resto de criptomonedas que habían secundado o superado incluso el vertiginoso rally del bitcoin.
Al mismo tiempo que la moneda digital más popular alcanzaba el 1000% de revalorización en 2017, otras criptomonedas firmaban subidas superiores en el año al 2000% en el caso del litecoin, del 4200% en el ripple y del 6200% en el dash.
Fuente: Expansión