En las últimas horas, la Administración Estadounidense ha emprendido una auténtica ofensiva diplomática para contrarrestar la campaña de desinformación a cargo de las mafias sobre los proyectos de reforma migratoria en EEUU. Por ello los Gobiernos de Estados Unidos, México, Honduras, Guatemala y El Salvador han empezado a coordinarse para abordar la crisis humanitaria provocada por la llegada masiva de menores centroamericanos no acompañados a la frontera sur estadounidense.
Mientras tanto, y según el Departamento de Seguridad Nacional, la cifra de niños que tratan de acceder a Estados Unidos sigue aumentando considerablemente, desde octubre de este año al día de hoy suman ya 52.000 los menores no acompañados que intentan llegar al vecino país del norte. Y, si fuera el caso, que lograran ingresar a los Estados Unidos vía México, las autoridades los aprehenden para posteriormente deportarlos pues la ley prohíbe expulsarlos automáticamente debido a que sus países de origen no comparten frontera con la Nación Americana. Debido a esto los niños deben ser ubicados por albergues o, en su caso, hasta bases militares en espera del debido proceso de repatriación.
Por ello los países implicados han intensificado los esfuerzos por tratar de llegar a una solución en el tema. Guatemala acogió este viernes un encuentro multilateral para establecer estrategias comunes en el que participaron el jefe de Estado guatemalteco, Otto Pérez Molina; el presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén; el vicepresidente Joe Biden y representantes de Honduras y México. Por su parte, el vicepresidente Estadounidense Joseph Biden, anunció que la Administración de Barack Obama destinará a los tres gobiernos centroamericanos una partida de 9,6 millones de dólares específicamente para recibir y reintegrar a sus ciudadanos repatriados.
Con información de El Heraldo