Ciudad de México.- Al hacerse un tatuaje, la persona toma en cuenta medidas básicas de higiene y prevención, como es que las agujas sean nuevas y que la calidad de las tintas sean óptimas, si estos requisitos se cumplían no había preocupación alguna de que esto suponga un riesgo para la salud, sin embargo, un nuevo estudio que ha llevado a cabo un equipo de científicos alemanes y holandeses señala que los tatuajes sí pueden tener consecuencias negativas para la salud y afectar al sistema inmunológico.
A principios del año, la Comisión Europea publicó un informe en el que advertía que algunos componentes de la tinta para tatuar suponen un riesgo para la salud, dado que no han sido creados para ser inyectados en el organismo de las personas. De acuerdo con este documento, tan sólo el 30 por ciento de los colorantes que se emplean en las tintas están autorizados para su uso en productos cosméticos. Además, también destacaba que estas pinturas tienen más de 100 colorantes y aditivos que pueden llegar a ser tóxicos, según información de adnsureste.info.
El nuevo trabajo, publicado en la revista Scientific Reports, ha trabajando más a fondo en las cuestiones planteadas por la Comisión Europea en su informe. El estudio revela que los pigmentos que componen la tinta de los tatuajes viajan dentro del cuerpo en forma de micro y nanopartículas, alcanzando los ganglios linfáticos del sistema inmunológico.
La mayoría de las tintas para tatuajes contienen pigmentos orgánicos, pero también conservantes y contaminantes como níquel, cromo, manganeso o cobalto. Además del negro de carbono, el segundo ingrediente más usado es el dióxido de titanio (TiO2, un pigmento blanco que se mezcla con colorantes para crear matices en el dibujo. Esta sustancia produce efectos secundarios, como un retraso en la cicatrización, así como inflamación de la piel y picazón.