Francisco I dedica multitudinaria misa a Vasco de Quiroga en Morelia

Morelia Michoacán.- Una Concelebración Eucarística se celebra solemnemente en el Estadio Olímpico Venustiano Carranza de esta ciudad, con el Papa Francisco como principal oficiante, al lado del cardenal Alberto Suarez Inda, arzobispo de Morelia; 80 obispos, de los cuales ocho son extranjeros; cinco mil sacerdotes católicos; cinco mil religiosos, y religiosas y 10 mil seminaristas, todos de Michoacán y diferentes estados de la República Mexicana.

Hay un dicho que dice así: ‘Dime cómo rezas y te diré cómo vives, dime cómo vives y te diré cómo rezas’, porque mostrándome cómo rezas, aprenderé a descubrir el Dios que vives y, mostrándome cómo vives, aprenderé a creer en el Dios al que rezas’; porque nuestra vida habla de la oración y la oración habla de nuestra vida; porque nuestra vida habla en la oración y la oración habla en nuestra vida». Fue así como el Sumo Pontífice comenzó su conversación con los asistentes a la misa, en un profundo sermón.

Su Santidad dedicó la homilía a Don Vasco de Quiroga, el primer obispo de Michoacán, quien funda en Pátzcuaro la capital de Michoacán y el gran defensor y protector de los indígenas, actualmente beato y en camino a su canonización.

Con ustedes quiero hacer memoria de este evangelizador, conocido también como Tata Vasco, como «el español que se hizo indio». La realidad que vivían los indios Purhépechas descritos por él como «vendidos, vejados y vagabundos por los mercados, recogiendo las arrebañaduras tiradas por los suelos», lejos de llevarlo a la tentación y de la acedía de la resignación, movió su fe, movió su vida, movió su compasión y lo impulsó a realizar diversas propuestas que fuesen de «respiro» ante esta realidad tan paralizante e injusta. El dolor del sufrimiento de sus hermanos se hizo oración y la oración se hizo respuesta. Eso le ganó el nombre entre los indios del «Tata Vasco», que en lengua purhépecha significa: Papá. «

Francisco I encontró en ‘Tata’ Vasco la inspiración para invocar el nombre Dios como ‘Papá’, invitación que extendió a toda la feligresía presente.

Padre, Tata, Apa, no nos dejes caer en la tentación de la resignación, no nos dejes caer en la tentación de la pérdida de la memoria, no nos dejes caer en la tentación de olvidarnos de nuestros mayores que nos enseñaron con su vida a decir: ‘Padre Nuestro'», dijo el Papa.

El Papa Francisco realizó la consagración eucarística con el caliz de Vasco de Quiroga, y enseguida el estertóreo canto de los diez coros que acompañan la misa llenó el aire de este estadio, en donde poco más de 20 mil asistentes lo respiran con solemne devoción, en completo silencio.

Así se desarrolla la misa del Papa en Morelia, Michoacán, en donde 250 ministros están dando la comunión a la multitudinaria asistencia.

-Redacción

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