EUA.- Los sonidos que usan la mayoría de los animales para comunicarse –ladridos, mugidos, maullidos– son innatos, no aprendidos. Sin embargo, algunas especies, incluida la nuestra, son capaces de imitar nuevos sonidos y utilizarlos en contextos sociales apropiados.
De Acuerdo con la revista Muy Interesante, esta capacidad, conocida como aprendizaje vocal, es uno de los fundamentos del lenguaje y también ha sido detectado en murciélagos, algunas aves y cetáceos, entre los que se cuentan las ballenas y los delfines. Pero mientras que los investigadores han atribuido el aprendizaje vocal en pájaros cantores a vías nerviosas específicas, el estudio de estos rasgos en los mamíferos marinos era un reto pata la ciencia.
Recientemente dos investigadoras, Whitney Musser, de la Universidad de San Diego, y Ann Bowles, del Hubbs-SeaWorld Research Institute, han descubierto que las orcas (Orcinus orca), también conocidas como ballenas asesinas, pueden cooperar con otras especies gracias al aprendizaje vocal.
Concretamente con los delfines nariz de botella (Tursiops truncatus), cuyo sonido aprenden a imitar para aproximarse a sus interlocutores. Su estudio, publicado en la Revista de la Sociedad Acústica de América, sugiere que la imitación vocal puede facilitar las interacciones sociales entre cetáceos.
Las orcas tienen repertorios vocales complejos formados por silbidos y gritos, repeticiones breves de estallidos sonoros intercalados con silencios. Las características acústicas de estas vocalizaciones, su patrón de duración, tono y pulso, varían entre los distintos grupos sociales. Los individuos que están estrechamente relacionados o viven juntos producen pulsaciones sonoras de llamada similares que incluyen características vocales distintas para su grupo, como si fuera un dialecto tribal, lo que implica que son capaces de aprender sonidos. “Algunas orcas comparten territorio con delfines nariz de botella”, dice Bowles.
Mediante la comparación de viejas grabaciones de patrones de vocalización con grabaciones de orcas y delfines en grupos comunes, Bowles y su equipo pudieron evaluar el grado en que las orcas aprendían patrones vocales de sus interlocutores sociales. Tres orcas que convivieron con delfines durante varios años cambiaron los tonos de los diferentes tipos de llamadas de su repertorio para que coincidieran con los de los delfines. Los investigadores también encontraron pruebas de que las ballenas asesinas pueden aprender sonidos completamente nuevos: una orca que vivía con delfines aprendió a producir una secuencia de chirridos que los cuidadores humanos habían enseñado a un delfín compañero de piscina, antes de que fueran presentados.
Las habilidades de aprendizaje vocal por sí solas no significan que las orcas posean un lenguaje de la misma manera que los humanos, pero sí indican un alto nivel de plasticidad neuronal, la capacidad de cambiar los circuitos en el cerebro para incorporar nueva información. Además, hay razones de peso para estudiar los patrones vocales de los mamíferos marinos, que están muy amenazados por las actividades humanas –enredos en artes de pesca, colisiones con barcos, exposición a contaminantes y vertidos de petróleo y reducción de hábitats por el cambio climático.
Fuente: Muyinteresante