Protestan en Pakistán por masacre en escuela

Islamabad.- El gobierno de Pakistán intensificó hoy su acción contra objetivos talibanes en el noroeste del país, tras la masacre en una escuela esta semana, y reafirmó su mensaje de tolerancia cero con el terrorismo al no permitir la liberación de un islamista acusado por la India de los atentados de Bombay.

Con el país aún conmocionado por el ataque de un grupo talibán al centro escolar de Peshawar, en el noroeste del país, que dejó más de 150 muertos, la mayoría niños, el Gobierno ha incrementado las acciones tanto aéreas como terrestres en las zonas tribales del país dejando al menos 53 presuntos insurgentes muertos en las últimas horas.

El Ejército paquistaní informó en un comunicado de que en una operación realizada hoy en Kongana Kamar, en la provincia noroccidental de Khyber, han muerto «18 terroristas» en la última de una serie de operaciones que se están repitiendo en zonas bajo control tribal, habitual refugio de los talibanes.

En otra acción de la que se informó hoy al menos 27 supuestos insurgentes murieron ayer en un bombardeo y una operación terrestre, mientras que tres militares fallecían en una explosión en las últimas horas en el noroeste de Pakistán.

El portavoz del Ejército Abid Askari indicó que 17 de los 27 supuestos insurgentes, entre ellos un uzbeco, fueron abatidos en un bombardeo en Khyber, dos días después de que una acción similar dejase 57 talibanes muertos en la misma zona.

La intensificación de las acciones también en Baluchistán, en el suroeste del país, dejó siete insurgentes muertos y dos heridos.

Entre los abatidos figuraba un «comandante prominente» del Tehreek-e-Taliban (TTP), organización talibán que reivindicó el ataque a la escuela de Peshawar.

La cuenta creciente de operaciones se produce tras las palabras del primer ministro, Nawaz Sharif, que reafirmó su determinación de continuar con la ofensiva militar hasta «eliminar al último terrorista» tras el ataque a la escuela.

Según medios locales, agencias de inteligencia pakistaníes llevaron a cabo varias operaciones en «zonas sensibles» de la porosa frontera afgano-pakistaní al detectar que los insurgentes han comenzado a cambiar sus lugares de refugio, tras el ataque a la escuela.

El TTP justificó el ataque asegurando que para el Ejército sus familias «son objetivos» en las operaciones que desde junio desarrolla en Waziristán del Norte y Khyber, en las que han muerto, según el Gobierno, más de 1.100 insurgentes.

La Policía sigue con las averiguaciones de ese caso y hoy fueron detenidas cuatro personas supuestamente vinculadas con una tarjeta de teléfono a la que llamaron los terroristas durante el asalto a la escuela.

El comisario adjunto de la Policía de Bahawalpur, Mohammad Azam, indicó a Efe que la tarjeta estaba registrada a nombre de la mujer y en estos momentos se investiga si los detenidos están involucrados en la masacre.

Mientras aumentan las operaciones militares, el Gobierno de Pakistán impidió hoy la puesta en libertad de Zakiur Rehman Lakhvi, considerado por la India uno de los cerebros de los atentados que provocaron 166 muertos en Bombay en 2008, un día después de que un tribunal anunciase su liberación bajo fianza.

La decisión judicial, adoptada por un tribunal especial antiterrorista, fue muy criticada por Nueva Delhi, donde el primer ministro, Narendra Modi, afirmó ante el Parlamento indio que era un «shock para todos aquellos que creen en la humanidad».

Sin embargo, el Gobierno de Islamabad recurrió hoy a la ley de Mantenimiento de Orden Público -un instrumento legal de origen colonial que permite la detención de personas acusadas de participar en protestas políticas o de suponer una amenaza para el Estado- para mantener a Lakhvi tres meses más en prisión.

Además, el fiscal del caso, Chaudhry Azhar, indicó a Efe que se apelará la decisión de liberar bajo fianza a Lakhvi, comandante del grupo Lashkar-e-Toiba.

Sharif había afirmado tras el brutal asalto del martes que se perseguiría a los terroristas «hasta que el último sea eliminado» y que no se distinguiría entre «talibán bueno y malo» , lo que levantó expectativas e interrogantes sobre su nueva política contra los insurgentes.

 

Con información de EFE

Comenta

Noticias relacionadas

Accesibilidad