San Diego, EU.- La inminente legalización del consumo de la marihuana en el estado de California llevó a que inversionistas de diversas partes del mundo se apresuren a adquirir tierras para cultivar la droga en cuanto el electorado apruebe la ley, indicaron múltiples fuentes al describir lo que comienzan a llamar “fiebre verde”.
Gavin Newsom es el vicegobernador de California y actual candidato demócrata a la gubernatura, y su plataforma política hasta ahora se basa ni más ni menos que en la legalización del consumo de marihuana, incluso con permiso para que cada adulto en el estado pueda tener legalmente su parcelita de cuatro plantas sin problema.
La Secretaría de Estado de California exigía que para llevar a los electores la propuesta de legalizar la marihuana los proponentes de la iniciativa entregaran como respaldo unas 365 mil firmas de electores registrados. Esta semana Newsom entregó más de 600 mil firmas, “para que no haya dudas, y en caso de que alguna firma fuera descartada”, declaró.
La propuesta que ya quedó integrada a las boletas electorales de noviembre, el Acta de Marihuana para Adultos, establece regulación a la droga similar a la forma en que se regula el consumo de alcohol, la venta y uso es sólo para personas mayores de 21 años.
Pero la propuesta contiene dos autorizaciones que parecen convencer a muchos electores: los adultos pueden portar una onza, unos 30 gramos de marihuana, y pueden cultivar en su hogar hasta seis plantas de marihuana, independientemente de su tamaño.

Las agencias de bienes raíces principalmente de dos zonas de California, el llamado “Triángulo Esmeralda”, una zona montañosa de los condados de Mendocino, Humboldt y Trinit, y Desert Hot Springs reportan innumerables llamadas de Europa, Asia y el resto de Estados Unidos de inversionistas interesados en adquirir tierras para cultivo de marihuana.
El vicegobernador Newsome dijo al entregar las firmas que “la producción de marihuana tan sólo en el Triángulo Esmeralda supera 12 mil millones de dólares anuales”, pero explicó que se puede impulsar, es decir que ésa es la cantidad tradicional de marihuana sin el empuje industrial que podría tener cuando la ley sea aprobada.
En Hot Springs mientras tanto se prepara la apertura de la primera región de California para la producción de marihuana medicinal a niveles industriales. En anticipación se mudan infinidad de negocios y proveedores de servicios tanto para la producción directa de la marihuana como de ramas vinculadas.
“Y esto que todavía no comienza, todavía ni aprueban a la ley, menos la ponen en vigor”, comentó la agente de bienes raíces del este de Los Ángeles, Jennie Nelson, quien hace citas con interesados que tendrían que viajar de otras ciudades y del extranjero a ver propuestas de terrenos.
Los 49 de San Francisco toman su sombre de aquellos pioneros que se arriesgaron entre múltiples peligros para cruzar el país hacia el norte de California en la “fiebre del oro” que se desató en 1849, de ahí los 49.
Y ahora que despierta tanto interés la inminente producción y comercialización de la marihuana en California, cómo se podrían llamar. “Qué tal los 17s”, por el 2017 cuando estaría en auge, tal vez hasta con un gobernador, Newsom, que esta semana prometió que de aprobarse la ley el estado competirá con Nevada y Colorado, estados que ya venden marihuana para consumo llamado recreativo, que no necesita apegarse al uso terapéutico.
De acuerdo con cálculos de la organización nacional que promueve el consumo de la droga, Norml, la Organización Nacional para la Reforma Legal a la Marihuana, california debe producir ahora por lo menos 19 mil millones de dólares de marihuana.
Comparativamente, la agricultura que es la mayor fuente de riqueza del estado que es la séptima economía mundial, se traduce actualmente en 39 mil millones de dólares, es decir apenas el doble que la producción de marihuana que no se registra oficialmente.

Los retos de la legalización
Es relativamente fácil determinar cuando alguien está demasiado borracho para conducir, sin embargo un estudio dice que la medición de los efectos de la marihuana en los conductores es mucho más complicado, y que los análisis de sangre son una indicación fiable del deterioro por el consumo de cannabis.
A medida que más estados consideran la legalización de la sustancia, el reto es mayor para los legisladores que buscan crear leyes sobre la conducción bajo la influencia de la marihuana, destacó el diario estadunidense The New York Times.
El estudio, encargado por la Fundación para la Seguridad en Tráfico de la Asociación Automovilística Estadunidense (AAA, por sus siglas en inglés), encontró que las leyes en seis estados que evalúan legalmente deterioro por la medición de la cantidad de THC (el ingrediente activo de la marihuana) que se encuentra en la sangre de una persona no son compatibles con la ciencia.

“No hay una concentración de la droga que nos permita predecir de forma fiable que alguien está afectado tras el volante de la manera en que lo hacemos con el alcohol”, aseguró
Jake Nelson, director de la investigación.
El cuerpo absorbe el alcohol y la cannabis de diferentes maneras, según el estudio. Mientras que la embriaguez se correlaciona directamente con el alcohol en el torrente sanguíneo, las afectaciones por el consumo de marihuana se llevan a cabo sólo cuando el THC se abre paso en el tejido graso del cerebro.
Los consumidores habituales de marihuana, incluyendo aquellos que consumen la droga con fines medicinales, a menudo no muestran signos de deterioro después de consumir marihuana, de acuerdo con Jolene Forman, abogada de la Drug Policy Alliance, grupo de defensa de la marihuana.
También dijo que la cannabis puede permanecer en la sangre durante horas, días e incluso semanas después de que sus efectos desaparecen.
La marihuana no es metabolizada por el organismo de la misma forma que el alcohol. Según la investigación, mientras que se considera que una persona con un nivel de 0.8 de alcohol en la sangre no está en condiciones de conducir, no se puede decir lo mismo, en ausencia de otras pruebas, de una persona cuya sangre contenga por cada mililitro 5 nanogramos de THC, el nivel utilizado para determinar, por ejemplo, la ebriedad en los estados de Colorado, Montana y Washington.
Como consecuencia, la AAA insta a los estados a servirse también de pruebas fisiológicas y de comportamiento a través de “pruebas de campo de sobriedad” como ver si un conductor tiene los ojos rojos o es capaz de mantener el equilibrio sobre una pierna.
FUENTE: Excélsior




