Expok es una empresa especializada en comunicación de RSE y sustentabilidad. María José Evia Herrero, autora de esta columna, es coordinadora de contenidos de ExpokNews, además de escribir en diversos medios sobre equidad de género, diversidad y literatura.
Si bien ninguna industria ha logrado la equidad de género, algunas están más cerca que otras. El mundo de la ciencia y la tecnología, por ejemplo, todavía es claramente dominado por los hombres y los estereotipos acerca de las mujeres que logran triunfar en él están muy arraigados.
De entre las muchas estrategias para luchar contra la discriminación, una es usar el sentido del humor y el poder viral de las redes sociales. Así lo han demostrado tres populares hashtags que le han dado la vuelta al mundo amplificando la voz de mujeres que trabajan en la ciencia.
El más reciente es #ILookLikeAnEngenieer (“Me veo como una ingeniera”), iniciado como respuesta a un escrito de la ingeniera Isis Wenger, quien trabaja en la empresa tecnológica OneLogin, la cual le pidió ser parte de una campaña de reclutamiento. La publicidad por su imagen recibió una gran respuesta, lo que la llevó a compartir su experiencia con el sexismo y los estereotipos de género.
Como resultado, miles de mujeres han publicado fotografías donde demuestran que hay un rango muy amplio para ser una ingeniera y que la apariencia no dice nada sobre el talento de una persona. “Soy mujer, me visto de rosa y estoy embarazada. También soy ingeniera de software”, comparte Jolene Hayes, mientras que Helen Sandí, quien trabaja en WordPress, afirma: “Soy una de las seis desarrolladoras líderes del software detrás de una cuarta parte del internet y #ILookLikeAnEngenieer”.
En mayo de este mismo año surgió #GirlsWithToys, en el que muchas mujeres demostraron que no solo los hombres trabajan con maquinaria o tecnología. Esto como reacción a las declaraciones del astrónomo Cal Tech, quien en una entrevista dijo que los científicos “son como niños con juguetes”, olvidando que las chicas también participan.
Otra iniciativa que se viralizó como consecuencia de declaraciones sexistas fue #DistractinglySexy (“tan sexy que distraigo”), surgida después de que el ganador del Nobel Tim Hunt afirmó que no es bueno tener a mujeres en el laboratorio porque o los hombres se enamoran de ellas o ellas de ellos, o lloran cuando se les regaña.
Al tomarse fotos en su lugar de trabajo, usando batas, protectores y otros equipos especializados, las científicas usaron el humor para demostrar que son profesionales, no novias potenciales.
El valor de estos movimientos en línea no es solo llamar la atención sobre el sexismo en la industria, sino también mostrarle al público en general que mujeres de todo tipo trabajan dentro de ella y son parte de importantes proyectos para el avance de la ciencia y de los productos digitales que usamos todos los días.