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17 de mayo: la lucha contra la Homofobia, la Transforma y la Bifobia

MUNDO.- Por décadas, en Occidente se relegó a las personas LGBT a la clandestinidad y la discriminación. Dicho trató empezó a cambiar solamente en años recientes y para conmemorar la lucha por los derechos de esta comunidad, se instituyó el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.

Por mucho tiempo, el trato hacia las personas LGBT ha estado sujeto al arbitrio de las mayorías. En múltiples épocas y culturas, la diversidad sexual se ha respetado; en otras, ha enfrentado la persecución.

Desde la liberación sexual y los movimientos sociales de mediados del siglo XX, la comunidad LGBT ha emprendido una lucha por su emancipación que no se ha detenido hasta nuestros días, aunque esto no ha impedido el surgimiento de nuevas amenazas.

Muchos países admiten ya el matrimonio igualitario o el cambio en documentos para las personas trans. Algunas naciones se han disculpado por ciertas atrocidades cometidas, como Inglaterra que persiguió a Alan Turing por ser homosexual, a pesar de ser un héroe de la Segunda Guerra Mundial y padre de la computación moderna.

Pero en cambio, muchos otros aún criminalizan la homosexualidad y la transexualidad. Países como México, por otro lado, padecen altísimas cifras de crímenes de odio.

De ahí que en el 2004, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 17 de mayo como el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia. La fecha elegida estuvo lejos de ser arbitraria: un 17 de mayo, pero de 1990, la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la clasificación internacional de enfermedades mentales.

Este fue un momento decisivo pues la discriminación hacia las personas LGBT por mucho tiempo buscó respaldo en la ciencia y las leyes. Admitir que la homosexualidad no era una enfermedad fue el primer paso hacia la concordia.

Amenazas actuales hacia las personas LGBT

Varios países aún considerar la homosexualidad como un delito y una mayoría, sin criminalizarla, aún no admite derechos como el matrimonio igualitario. Al asedio legal y la falta de garantías, se debe añadir el cúmulo de amenazas modernas.

Donald Trump, por ejemplo, buscó legislar que el género en los documentos oficiales se definiera por los cromosomas, una medida que atentaba no solo contra personas trans e intersexuales, sino que además ignoraba el diverso arco de la genética humana. En aquella ocasión, la prestigiosa revista «Nature» lanzó un comunicado donde señalaban que la propuesta de Trump no tenía bases científicas.

La situación no es muy distinta en algunos países de Europa del Este. En Polonia, por ejemplo, el presidente declaró que pertenecer a la comunidad LGBT es “peor que el comunismo”. En algunas zonas de Rusia hay una persecución institucionalizada, como lo reveló el documental «Bienvenidos a Chiechenia». En Irán, por poner otro ejemplo, un hombre fue decapitado por su familia cuando esta descubrió que era homosexual.

Signos de esperanza

Sin embargo, la ciencia y la medicina han determinado en más de una ocasión que no hay nada que curar. En países como Alemania y en ciudades como la Ciudad de México, las “terapias de conversión” han sido tipificadas como un delito equiparable a la tortura.

En México, el estado que más recientemente ha reconocido los derechos de las personas trans es Puebla. En 2021 aprobó la llamada “Ley Agnes“, llamada así en honor a la activista Agnes Torres.

Aún está lejos el día en que pertenecer a la comunidad LGBT no condene a muchas personas al ostracismo, la discriminación y la violencia. Sin embargo, no es posible despreciar los avances en esta lucha por la emancipación.

Con información de Noticieros Televisa

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