México. – Anoche, en Oaxaca, falleció Francisco Toledo (1940-2019). Tenía 79 años y no sólo fue el artista mexicano más importante de la segunda mitad del siglo XX, sino el filántropo más activo.
También fue el impulsor de proyectos culturales como el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) y el Centro de las Artes San Agustín (CaSa). Fue pintor, escultor, ceramista y dibujante, dotado de una obra transgresora, el activista más respetado, el benefactor de la cultura y del patrimonio oaxaqueños que, recientemente se opuso a la proliferación del maíz transgénico y al Tren Maya.
La noticia fue confirmada por la familia Toledo a través de un mensaje en redes sociales: “La familia comunica con profunda tristeza que el maestro Francisco Toledo ha fallecido. Pedimos respetar nuestro dolor y la manera en que nuestro padre manejó su intimidad. Gracias por sus muestras de cariño y comprensión. A partir de las 23:30 de hoy (anoche) en el IAGO habrá una ofrenda para quien quiera acudir”.
De acuerdo con fuentes locales y federales, el artista falleció tras varias semanas de presentar un cuadro delicado de salud relacionado con cáncer y trascendió que sus restos sean trasladados a Juchitán, aunque la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, informó que viajará hoy a Oaxaca para reunirse con la familia y definir un homenaje nacional. Sobreviven sus cuatro hijos: Natalia, actual subsecretaria de Diversidad Cultural; la artista visual Laureana Toledo; el también artista Jerónimo López Ramírez (Dr. Lakra), y Benjamín.
Son referentes de su obra los papalotes que produjo desde 1998 y que cobraron fuerza con la desaparición de los 43 de Ayotzinapa. También la ilustración de la Zoología fantástica de Jorge Luis Borges; el Nuevo Álbum de Zoología, de José Emilio Pacheco; las fábulas de Esopo, su carpeta dedicada a Pinocho, con ilustraciones eróticas, y el concepto de la Biblioteca Carlos Monsiváis. Además, es recordado por Duelo, expuesta entre 2015 y 2016 en el Museo de Arte Moderno (MAM), en donde mostró una mirada cruda de la violencia del México actual. Actualmente se exhibe una muestra en el Museo Nacional de Culturas Populares, Toledo ve, que reúne 600 piezas.
En una entrevista con Excélsior (27/09/2018), Toledo dijo que “la vejez no es una edad para reír… Me acuesto y me levanto adolorido. Mi espalda protesta si trabajo mucho tiempo; si estoy sentado igual, parado igual, acostado igual. La vejez implica muchas incomodidades. Ya no soporta el cuerpo”.
En dicha entrevista, a partir del montaje de la muestra Naa Pia’ (Yo mismo) en la Galería Juan Martín, recordó que hizo su primer autorretrato a los 16 años. “Pinté uno de mis primeros autorretratos en la tapa de un libro, porque no teníamos telas y arrancamos la tapa. Lo tracé con óleo directamente, sin siquiera preparar el cartón y milagrosamente se ha mantenido, pues debió haberse caído desde hace muchos años. Yo era un señor sin bigote, sin barba y con la cara más flaca”, expresó.
Cabe recordar que el artista juchiteco donó, en marzo de 2012, su archivo completo al INBA, compuesto por ocho mil piezas, tres mil fotos y mil 500 libros raros y antiguos, a condición de que el acervo no se disperse y permanezca en Oaxaca. Además, la UNAM produjo el documental El informe Toledo, realizado por Albino Álvarez, el cual se adentra en el proceso de aprendizaje del juchiteco, su traslado a la Ciudad de México, su viaje al París de los años 60 y su relación con Rufino Tamayo.
Con información de Excélsior.