MÉXICO.- Escondida en la sierra norte de Guanajuato, se encuentra una tumba abandonada. Los lugareños aseguran que es la última morada de «La Llorona».
Se encuentra entre los municipios de Dolores Hidalgo y San Luis de la Paz, en lo que un día fue “El Camino Real Tierra Adentro”, que comunicaba los centros mineros de Zacatecas y Guanajuato, con la Ciudad de México.
Según los lugareños la tumba guarda un misterio.
Cuenta la leyenda que la esposa del dueño de la hacienda Siete Reales, después de ser abandonada por su marido, ahogo a sus tres hijos en el río Laja y, loca del dolor, se suicidó. Tiempo después los lugareños empezaron a escuchar su lamento todas las noches de Luna llena.
«A eso de la media noche, se empezaba a escuchar unos ruidos terribles unos gritos unos lamentos horripilantes que, pues callaban el ladrar de los perros, otra vez La Llorona», dijo José Alamilla, cronista de la ciudad de Dolores Hidalgo.
Los vecinos del lugar aseguraban que la figura de una mujer deambulaba y lamentándose cruzaba los caseríos cercanos a la hacienda, hasta llegar al paraje del río, donde desaparecía.
«Ahí se dice que empieza a llorar, y ahí en la placita a un lado del templo de nuevo y aquí era donde, donde terminaba llorando, se sentaría o estaría para no sé, pero aquí es donde dejaba de llorar (…) A muchos se les parecía en forma de una persona rubia, grande alta y este al acercarse volteaban y no veían más que una cara de caballo, es lo que cuentan la gente de aquel tiempo», comenta Don Chilo, vecino de la Hacienda Siete Reales.
En ese entonces las autoridades eclesiásticas comprobaron las apariciones y ordenaron la construcción en 1900 de una tumba en forma de ermita, para procurar el descanso de la mujer.
«Se exorcizo por el Vaticano es uno de los primeros monumentos que fueron exorcizados por la Iglesia católica, para que pues para mitigar el terrible lamento de la llorona», dijo José Alamilla, cronista de la ciudad de Dolores Hidalgo.
En esta época de Día de Muertos, algunos aventureros llegan hasta este lugar para ver si pueden verla o escuchar sus lamentos.
«Estamos en la tumba de La Llorona en Dolores Hidalgo, Guanajuato y queremos descubrir los secretos que guarda este pues pareciera monumento», indicó Andrés Guardiola, visitante de la tumba de la llorona.
Se dice que, desde entonces, en este lugar se pueden pedir indulgencias contra las almas que están en pena, para lo que se tienen que rezar 20 Aves Marías y 20 Padres Nuestros y conseguir 360 días de indulgencia.
Con información de N+ / Edgar Tamayo