MUNDO.- El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) expresó hoy su preocupación por los cuatro millones de niños que luchan por sobrevivir en las zonas de Pakistán que se inundaron el verano pasado y que continúan cubiertas por aguas contaminadas desde entonces.
El representante de UNICEF en Pakistán, Abdullah Fadil, alertó de que la desnutrición y los retrasos en el crecimiento ya eran un problema para millones de niños antes de las graves inundaciones y consideró que la situación puede haber empeorado de manera exponencial en los últimos meses.
Además de los miles de hogares destruidos, UNICEF contabilizó al menos 27.000 escuelas arrasadas por el agua en los distritos más afectados, lo que deja a un elevado número de jóvenes que no pueden ser escolarizados en Pakistán.
Fadil recordó que de los 173 millones de dólares que ha solicitado UNICEF para abordar la situación en el país asiático el fondo solo ha conseguido financiación para menos de la mitad.
En este sentido pidió que una parte central de los 9.000 millones de dólares prometidos a principios de enero por los donantes internacionales en una conferencia solidaria en Ginebra se utilicen para atajar los problemas a los que se enfrentan los más jóvenes.
La atención sanitaria, la alimentación, la educación, la seguridad, la higiene y el saneamiento de aguas son los servicios esenciales que se encuentran en una situación más crítica en este momento, de acuerdo con UNICEF.
«La recuperación económica real y el crecimiento solo pueden lograrse si realizamos las inversiones necesarias para satisfacer las necesidades inmediatas de los niños», dijo Fadil, que remarcó que el dinero es aún más necesario en las zonas rurales de Sind y Baluchistán, donde la devastación fue aún mayor.
Para UNICEF, es una prioridad que esta financiación sea flexible, ya que Pakistán es «un punto caliente climático en el que solo es cuestión de tiempo que otro desastre a gran escala golpee a los niños».
Las inundaciones, que cubrieron en junio un tercio de Pakistán, afectaron a más de 33 millones de personas, mataron al menos a 1.700, causaron 8 millones de desplazamientos forzosos y dañaron 8.000 kilómetros de rutas en el país.
Durante la conferencia organizada la semana pasada por el Gobierno pakistaní y la ONU en Ginebra, se cifraron en 33.000 millones de dólares las pérdidas y los daños ocasionados por la catástrofe.
Con información de EFE