Ciudad de México.- Pese a que más mexicanos se han sumado al sector financiero formal, la alcancía y la tanda continúan siendo los instrumentos preferidos por los mayores de 18 años que ahorran; sin embargo, el dinero que se guarda se usa principalmente para solventar necesidades básicas como comida, gastos personales o pago de servicios y solo un mínimo ahorra para su vejez.
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2018, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), 21.5 por ciento de los consultados refirió no ahorrar. Del porcentaje que sí lo hace, 15.2 por ciento utiliza exclusivamente medios formales (instituciones financieras autorizadas y supervisadas); 31.4 a través de canales informales (el dinero se guarda en casa, con algún pariente o mediante mecanismos como las tandas, alcancías o instituciones no autorizadas) y 31.9 usa ambos medios.
Por regiones, el centro sur y oriente del país son las que más recurren al ahorro a través de medios informales, con 37.2 por ciento; le siguen el occidente y Bajío con 32.4; la zona sur 30.9 y noroeste 28.4.
En particular, Ciudad de México muestra un balance entre quienes guardan su dinero de manera más confiable, con 25.3 por ciento respecto al 25.2 que lo hace de manera informal.
A escala nacional, los resultados respecto a la encuesta de 2015 no han tenido grandes variaciones. Hace tres años 65 por ciento de los adultos que sí ahorraban guardaba dinero en su casa, hoy el porcentaje aumentó a 65.7; la participación en tandas pasó de 32.5 a 35 por ciento.
La falta de educación financiera y los bajos salarios son factores que explican que los mexicanos prefieran canales informales de ahorro y crédito.
A la pregunta de si los entrevistados sabían de cuentas que no cobran comisiones y permiten ahorrar aunque sea poco dinero, 54.2 por ciento a escala nacional respondió de manera negativa, porcentaje que se eleva a 61.6 por ciento en el sector rural.
Paralelamente, 32.7 por ciento de los encuestados dijo que la razón principal por la que no tiene una cuenta o tarjeta es porque “no le alcanza”, ya que “sus ingresos son insuficientes o variables”.
En el país, 42 por ciento de la población adulta reportó que durante el último año, en algún mes, su ingreso mensual no fue suficiente para cubrir sus gastos.
Destaca también que del porcentaje de adultos que dijo sí ahorrar, los recursos de éstos se diluyen en el corto plazo debido a que la gran mayoría (39.4 por ciento) lo hace para gastos de comida, personales o pago de servicios; 24.9 por ciento para atender emergencias e imprevistos y solo 0.8 por ciento para la vejez o retiro.
Lo anterior provoca que recurrir a los préstamos con familiares, amigos o conocidos, sea la opción número uno para solventar emergencias económicas.
Predomina el efectivo
Según la ENIF 2018, el efectivo es el medio de pago que sigue liderando en las operaciones más comunes respecto a las tarjetas de débito o crédito, elección determinada por el monto y tipo de pagos.
Destaca que las compras de 500 pesos o menos elevan el uso de efectivo en 95 por ciento, cifra que disminuye a 87 por ciento en consumos por encima de 501 pesos.
En el pago de servicios como la renta, agua y luz, el uso de efectivo también es predominante con una participación de 90 y 95 por ciento, respectivamente.
Ciudad de México es la región donde más se emplean medios de pago diferentes al efectivo, en la cual 21 por ciento de los adultos utiliza débito y crédito para realizar compras mayores a 500 pesos.
La encuesta refiere que si bien el número de tarjetas de débito y crédito emitidas continúa en asenso, la proporción entre las que se emiten y las que se usan ha permanecido con pocas variaciones, pues alrededor de una de cada dos tarjetas de débito se considera utilizada, mientras que en créditos son dos de cada tres.
El número de tarjetas de débito emitidas ha pasado de 75 a 145 millones de diciembre de 2010 al mismo mes pero de 2017; de este total, en promedio 44 por ciento son utilizadas, algo que ha mostrado pocas variaciones en los últimos seis años.
Con información de: Milenio