México. – Sólo muertos podrán callarlos. Ésos son los Caifanes, un emblema, casi patrimonio nacional, que no se detiene por el paso del tiempo ni porque los años ya se notan en sus rostros.
El audio les juega mala pasada anoche en el Escenario Indio, el primer día del Vive Latino. Metamorféame no llega a transmitir la voz de Saúl Hernández, se oye muy abajo. La gente lo ayuda, no lo deja solo. Un trago a la chela, un jale de porro y otro aliento a la letra. Dirán lo que quieran entre el público, que si Saúl ya no canta que si el audio fue el culpable, pero nadie les hizo el feo.
Fueron de menos a más. De Aviéntame a Amanece y Viento, pero se sentía una frialdad de público que no le hacía justicia al sentimiento de cada generación que ha visto crecer al monstruo. Saúl toma el micro. Se oye ronco. Llega el momento de dar un mensaje, que tiene un tropiezo que el público reclama muy tibio, por mala interpretación o por mala declamación.
“No más mujeres asesinadas”, exclama Saúl. Hasta aqui todo bien. “Necesitamos menos machos y más hombres…”, se oye un abucheo femenino. Parece no tener mala intención, pero se hace el reclamo antes de completar la oración y corregir lo que pudo o no salir mal.
….de hombres que trabajen para el pueblo y la sociedad para cambiar el curso de la próxima transformación”, acaba el cantante. Se aplaude y atrás queda el reproche.
Los celulares se levantan para grabar Antes que nos olviden y Nos dejes qué. Caifanes es más canción que protesta y queda claro con tremendo espaldarazo masivo. Entra Óscar Chávez, el Caifán Mayor, se sienta y a sus casi 84 años se deja querer. La gente lo alienta, lo recibe con un grito popular que utiliza el “olé”. Saluda y se avienta, sentado, Por ti, una canción propia que le secundan los cuatro Caifanes menores.
Después de 25 años, un escenario capitalino escucha una nueva rola, o al menos lo intenta, porque el nuevo sencillo del grupo, Heridos, apenas se oye. Pocos se la saben pero la aprecian igual. Falta tiempo y tolerancia, porque entre la gente vuelve a mencionarse el apellido Marcovich. El ritual de Caifanes termina muy pronto con Nos vamos juntos y una versión de Imagine. La gente sí se queda con las ganas, pero contenta se retira a las 22:45 horas, cinco minutos antes de lo programado.
No hubo mejor despedida y mejor homenaje a Rita Guerrero que sus compañeros de Santa Sabina pudieron hacer en los 20 años del Vive Latino. El escenario Escena Indio se llenó de nostalgia cuando Poncho Figueroa, Alex Otaola, Pablo Valero y el espectacular coro virreinal (entrenado por Rita Guerrero, quien fuera la vocalista de Santa Sabina y que falleció en marzo de 2011), entonaron temas como Vacío e Imperio del Sol, dando vida a una época que quedó atrás.
Con un sonido cuadrafónico que envolvió el estadio Jesus Palillo Martínez, la Santa Sabina revivió la esencia de los años 90 cuando nueve músicos, entre ellos Alfonso André, hicieron gala de su destreza para transportar a sus fans a los felices años de la banda.
“Oh eh, oh eh oh eh, Rita, Rita” fueron los gritos que el público entonó entre canciones, haciendo que la banda también los entonara, uniéndose a aquellos que, después de ocho años aún extrañan a la cantante.
“Mucho, mucho que agradecer, una manera digna de decir adiós”, lanzó Figueroa al público, quien aplaudió en memoria de quien fuera su vocalista y emulando el rock punk gótico de la última década del siglo XX.
Rubén Albarrán, Amandititita, Jessy Bulbo y Denise Gutiérrez fueron los encargados de dar voz a Chicles y Azul casi Morado; y aunque cantaron con el corazón y la mejor intención, los zapatos de Rita Guerrero son muy grandes para llenar. Por otro lado, Fobia arrasó en el escenario Indio con un set de 50 minutos. Miles de personas se congregaron en el escenario principal para celebrar con Leonardo, Iñaki, Paco, ¡Cha! y Jay los 30 años de vida de la banda.
Para Fobia el Vive Latino no es una experiencia nueva, sin embargo regresar a este escenario en el aniversario del festival y ellos festejando sus 30 años de trayectoria, son una combinación explosiva que con temas como Vivo, Revolución sin manos, Veneno vil, El diablo, El Crucifijo e Hipnotízame hicieron de su presentación una de las más memorables de esta primera jornada.
“Gracias por tanto, tanto amor y tanto cariño”, lanzó Leonardo a sus fans, que no dejaron de ovacionarlos. Mientras que en el escenario Telcel la Bomba Estéreo demostró, poniendo a saltar a miles de seguidores, porqué es una de las bandas más representativas del rock latinoamericano.
Miles de personas se arremolinaron en el escenario Telcel donde Liquits hizo vibrar a sus seguidores que, con cerveza mano, se arremolinaron en el entarimado para ver su actuación en los 20 años del Vive Latino.
Conos anaranjados de tránsito utilizados como sombreros, uno que otro disfraz y mucha actitud, fue como los amantes de la música recibieron a la banda en su última presentación como agrupación al despedirse de los escenarios y del Vive Latino después de 26 años de rockear. La gente cantó con ellos y aplaudió la presencia de los invitados, mientras que algunos de los presentes, en la parte posterior del escenario tuvieron que lidiar con los cuerpos de seguridad en revisiones de rutina por el olor a mariguana.
Con información de Excélsior.