Brasil. – Este martes primero de enero, Jair Bolsonaro tomó protesta como presidente de Brasil aclamado por todos los asistentes al evento.
El derechista Jair Bolsonaro asumió este martes como presidente de Brasil con un despliegue de seguridad sin precedentes para este tipo de eventos y con la promesa de un gobierno que rompa con los paradigmas imperantes, desde el modelo de negociación con el Congreso hasta la comunicación con la sociedad civil.
Victorioso tras la campaña presidencial más polarizada de la historia en el país, Bolsonaro también tendrá que enfrentar una brecha fiscal que se extiende ya por cinco años y un escenario económico con 12 millones de desempleados.
Bolsonaro, de 63 años y del Partido Social Liberal (PSL), tomará posesión a las 15:00 hora local (1700 GMT) en una ceremonia en el Congreso Nacional acompañado del general Hamilton Mourão, quien será su vicepresidente.
Bolsonaro ha prometido acabar con la corrupción política y la violencia, junto con dar vida a la alicaída economía de la mano de medidas de desregulación y disciplina fiscal.
El excapitán de ejército y congresista por siete períodos triunfó en las elecciones presidenciales montado en una ola de descontento contra la política imperante, y se convertirá en el primer presidente de extrema derecha de Brasil desde que la dictadura militar abrió paso al gobierno civil tres décadas atrás.
Multitudes de partidarios, muchos de ellos con la bandera de Brasil amarradas en los hombros y los rostros pintados de amarillo y verde -los colores nacionales- se reunían ante el Palacio Planalto.
Bolsonaro planea realinear a Brasil en el plano internacional, alejándolo de naciones en desarrollo aliadas y acercándose a líderes occidentales, especialmente al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien envió al secretario de Estado Mike Pompeo a su toma de mando.
Respaldado masivamente por sectores conservadores de Brasil, incluyendo a las iglesias evangélicas cristianas, Bolsonaro bloquearía iniciativas para legalizar el aborto más allá de las actuales excepciones limitadas y removería la educación sexual de las escuelas públicas, oponiéndose a lo que califica de «marxismo cultural» introducido por los gobiernos de izquierda.
La seguridad del cambio de mando del martes tiene en duda aún la realización de un tradicional desfile del presidente recién asumido en un carro abierto. Bolsonaro fue blanco de un apuñalamiento durante un evento de campaña en septiembre que lo mantuvo hospitalizado por varios días.
Se espera que entre 250 mil y 500 mil personas acompañen el paso de Bolsonaro en las calles.
Con informacion de El Universal.