Estados Unidos. – Estados Unidos informó que está avanzando en el proceso de ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y en la aplicación de aranceles a las importaciones de productos mexicanos.
Tal mensaje fue difundido este lunes por el secretario de Comercio, Wilbur Ross, luego de su reunión con la secretaria de Economía de México, Graciela Márquez, en el Departamento de Comercio de Estados Unidos, en Washington DC.
“Hoy, me reuní con la ministra de Economía de México, Graciela Márquez, para discutir el comercio bilateral y el plan en curso de Estados Unidos para aranceles a productos mexicanos a 5 por ciento. También discutimos los próximos pasos para el acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá. Reiteré el mensaje del presidente (Donald Trump) de que México debe hacer más para ayudar a Estados Unidos a abordar la inmigración a través de nuestra frontera compartida”, dijo Ross en un comunicado.
Ambas acciones tienen una tendencia opuesta. El T-MEC mantiene la eliminación de aranceles en todos los productos, tal como ahora lo establece el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Por el contrario, el 30 de mayo, Trump informó que a partir del 10 de junio su país impondrá aranceles de 5% a todos los bienes originarios de México hasta que se detenga el flujo de inmigrantes indocumentados por la frontera sur estadounidense. Ese impuesto se elevaría progresivamente a 25 por ciento. Por su parte, Jesús Seade, subsecretario para América del Norte, dijo que las tarifas anunciadas por Trump podrían afectar la ratificación del T-MEC.
“Tenemos esta enorme piedra en el camino (los aranceles de Trump) que pone en entredicho este tratado (el T-MEC). Hagamos lo correcto, que es ir en esa dirección (a la ratificación), y no lo incorrecto, que es obstaculizarla”, comentó Seade en una conferencia de prensa en Washington DC.
Ahí mismo, Graciela Márquez, secretaria de Economía, informó que México evalúa varias alternativas si Estados Unidos aplica efectivamente aranceles en contra de las importaciones mexicanas de productos, entre ellas recurrir a un panel de solución de controversias en la Organización Mundial de Comercio (OMC), represalias y aranceles tipo carrusel. “Estamos evaluando esas posibilidades, nos estamos preparando”, dijo.
Sin embargo, confía en que esas alternativas no sean necesarias. “Sabemos y confiamos en la diplomacia, que estas acciones de persuasión y convencimiento para trabajar en mantener esta integración productiva y comercial funcionen”, añadió. Desde 1994, el TLCAN eliminó prácticamente todas las barreras comerciales y no arancelarias y de inversión entre los países socios y proporcionó un mecanismo basado en normas para regular el comercio de América del Norte.
“Nosotros no queremos usar los aranceles para dañar las cadenas de valor, la creación empleos o la inversión, sino que el libre comercio prevalezca en América del Norte”, dijo Márquez.
El presidente Trump inició el 30 de mayo el proceso de ratificación del T-MEC, pero sin que haya llegado a un acuerdo para ello con la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. En la práctica, la presentación del proyecto de ley de implementación generalmente se coordina entre el presidente de Estados Unidos y los líderes de la Cámara de Representantes y el Senado.
A su vez, el 29 de mayo, el gobierno canadiense presentó formalmente al Parlamento un proyecto de ley para ratificar el T-MEC, menos de 24 horas antes de la llegada al país del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence. El primer ministro Justin Trudeau presentó el proyecto de ley a la Cámara de los Comunes, mientras que la ministra de Relaciones Exteriores, Chrystia Freeland, dijo que Canadá continuará con sus planes de ratificación, en conjunto con Estados Unidos.
Un día después, el presidente Andrés Manuel López Obrador entregó al Senado de la República el texto del T-MEC para su discusión y eventual aprobación en un periodo extraordinario.
“Estamos seguros de que, una vez que sea ratificado (el nuevo acuerdo comercial), tendremos todos que caminar hacia el fortalecimiento de la economía de América del Norte, que tiene todo para ser competitiva frente al resto del mundo”, comentó Márquez.
También en la conferencia, el canciller Marcelo Ebrard replicó que la delegación mexicana estaba en Washington no sólo para conversar con sus contrapartes de Estados Unidos, sino fundamentalmente para encontrar soluciones conjuntas a los problemas de la relación bilateral.
Con información de El Economista.