MORELOS.- Para ellos subirse al ring no es cualquier cosa. Es escapar y por un momento olvidarse que están tras las rejas.
«Me ha despejado de los malos pensamientos, me ha alejado del carcelazo como dicen aquí», afirma Luis Alejandro Pastrana, uno de los internos del penal de Atlacholoaya, en Morelos.
O como Ulises Flores, quien tiene 17 años recluido. Afirma que lo que más lo atormenta es estar lejos de su familia, por lo que tiene que buscar algo que lo motive.
«Porque no tiene caso que tú te quedes en tu celda pensando tonterías. A mí me ha servido muchísimo, en la disciplina y yo lo puedo llevar hasta en mi vida propia para como salir adelante», asegura.
A Héctor Uriel le pasa lo mismo. Lo que más le ha dolido es no poderle decirle adiós a su madre.
«Yo cuando vengo a boxear, cuando estoy en el gimnasio, pues me siento que soy el mejor. Cuando estoy arriba del ring constato que soy el mejor y cuando me bajo pues soy aún mucho mejor».
Desde que comenzó el programa «Ring, boxeando para la reinserción», los reclusos entrenan cinco días por semana, dos veces al día.
Su instructor, «El Profe» como ellos le dicen, comenta que el cambio en su conducta ha sido significativo.
«Es el cambio que tienen con su familia, la forma que han experimentado la relación después de los entrenamientos de boxeo ha ido mejorando, ha ido creciendo», asegura Jesús Capistrán, «El Profe».
Alrededor de 30 internos han formado parte de «El Ring» y dicen que no quieren dejar de entrenar, por que como dijo Nelson Mandela: el deporte puede crear esperanza.
«El ejercicio, sudar, todo esto es… las endorfinas que generan la felicidad. Es muy bonito», comenta Ulises Flores.
«Antes me dejaba llevar por un impulso a lo mejor y ahora lo descargo en el box, con los guantes, con los amigos, en el sparring, trotando, corriendo», comparte otro de los reos, Ryan Rivas.
El programa concluyó hace algunos meses, sin embargo los reclusos siguen entrenando. Incluso el próximo 3 de mayo comenzarán un torneo interno.
En entrevista con Paola Rojas, Maximiliano Guzmán Romero, quien es participante de «Ring, boxeando para la reinserción», dijo que el programa le ha ayudado mucho.
«Adentro, en el penal, nos ayudó bastante eso, a nosotros como internos. Y más que nada fue, una ocasión dije ‘quién le iba a apostar a unos reclusos, a un penal, quién iba a lo mejor invertir su tiempo en nosotros’ y realmente ver los resultados que hubo conmigo y con mis compañeros fue algo satisfactorio».
Afirma que desde que forma parte en el programa ha notado cambios en él.
«Realmente ahí encerrados lo que uno empieza a perder un poco es la autoestima, las depresiones, como que uno empieza a caer y pues, obviamente, estás como que a la defensiva de todo. Y eso ocasiona, digamos que a veces tenga uno problemas adentro y todo eso. Y digamos, el box nos canaliza a nosotros en un aspecto para mantenernos más tranquilos, más relajarnos».
Y agrega que esta disciplina «nos mantiene ocupados, totalmente canalizamos todas nuestros energías tanto malos pensamientos, tanto buenos en eso, nos concentramos en eso».
«Ring, boxeando para la reinserción» es una iniciativa conjunta entre Red Viral, el Consejo Mundial de Boxeo y el gobierno de Morelos.
«Desgraciadamente en nuestro país el sistema penitenciario tiene muchos retos, uno de cada cuatro reincide, entonces lo que queremos es ver componentes y herramientas, evaluadas experimentalmente en casos y controles, que mostraran como sí podemos readaptar a la gente y qué tipo de acciones se tienen que llevar a cabo», dijo la Dra. Eunice Rendón, fundadora de Red Viral y Coordinadora Técnica del programa.
«Básicamente son dos componentes, uno del boxeo que fue muy importante por ejemplo para reducción de adicciones. El 100% de nuestros compañeros y de nuestros amigos del penal que participaron eran adictos a diferentes cosas y 90% de ellos lograron dejar las drogas y el resto a reducir también su consumo. Pero la otra parte muy importante es lo emocional, todo esto también tiene que ver con las emociones. Entonces teníamos una psicóloga buenísima que estuvo trabajando con ellos muy de cerca para trabajar, por ejemplo, talleres del perdón, perdonarse a ellos y a otros. Se reconectaron con sus familias y los familiares reportaban realmente un cambio en el interno».
«Hoy mi vida yo la puedo platicar, es grandiosa en ese aspecto porque realmente estoy con mis padres, mi madre, o sea con toda mi familia, mis hermanos, todo. Estoy trabajando, me incorporé otra vez. A veces la vida te quita cosas, pero te las repone con cosas mejores. A lo mejor yo ni siquiera había descubierto que tenía talento para eso, y estando encerrado vi esas cosas. Ahora sí que agarrar lo bueno de lo malo», concluyó Max.
Con información y fotos de Noticieros Televisa