MÉXICO.- El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, GIEI, informó que la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del caso Ayotzinapa del Gobierno Federal, realizó una investigación acelerada, sin sustento y sin verificar el contenido de 467 mensajes de WhatsApp, entre presuntos integrantes del crimen organizado, y de mensajes entre policías municipales con presuntos delincuentes, lo que provocó una crisis en la investigación de la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa.
El 18 de agosto de 2022, el subsecretario Alejandro Encinas presentó su último informe en el que informó de una nueva evidencia, que era la existencia de 467 mensajes de WhatsApp que fueron interceptados por diversas áreas de Inteligencia.
En esa ocasión, el subsecretario dijo que en estos mensajes demostraban de forma detallada, cómo fue que policías de distintos municipios de Guerrero, junto con integrantes de distintos grupos criminales y elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional participaron en la desaparición de los estudiantes normalistas.
El lunes, al cumplirse el fin de su mandato para estar en nuestro país, los representantes del GIEI dieron a conocer su postura sobre este último informe.
“Los acontecimientos suscitados a mediados de agosto de 2022 respecto la investigación de la desaparición forzada de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa y el resto de las víctimas de los hechos, en un intento de acelerar los resultados del caso sin las debidas medidas de investigación a tomar para ello, han conllevado una situación de crisis en la capacidad de entes investigadores, de la independencia y confianza en los resultados de la investigación”, dijo Carlos Beristain, GIEI.
Una de las pruebas analizadas, explicaron, fue el contenido de 467 mensajes de WhatsApp, que el subsecretario Alejandro Encinas reconoció en su momento, como de gran relevancia para conocer el paradero de los jóvenes desaparecidos.
“Nosotros encargamos un peritaje informático-forense del material que nos fue proporcionado por COVAJ de cuyos resultados vamos a dar cuenta en este momento, y que llevan a considerar esta evidencia como inconsistente”, indicó Claudia Paz, GIEI.
Se determinó que no es posible garantizar la originalidad de los mensajes, porque no fue posible verificar la fecha de su creación original.
No se pudo identificar el tipo de los teléfonos celulares que se utilizaron.
Algunos de los mensajes tenían un ícono de video llamada que en el periodo de 2012 a 2015, aún no existían las versiones de WhatsApp.
Varios mensajes fueron enviados en fechas posteriores. Por ejemplo, algunos mensajes fueron emitidos el 8 de enero de 2015, pero la fecha de su creación fue del 1 de octubre de 2014.
181 imágenes de pantalla, con los mensajes de texto, presentan una situación de desconfianza.
“Como conclusión del presente análisis forense se establece que los mensajes analizados no pueden considerarse como una prueba digital, teniendo en cuenta que no fueron extraídos directamente de los dispositivos que supuestamente fueron utilizados para el uso de la aplicación WhatsApp y que lo que se tiene como evidencia son ficheros tipo capturas de pantalla que no garantizan la originalidad de estos”, dijo Francisco Cox, GIEI.
Los integrantes del GIEI insisten en que aún hay información de la SEDENA que las autoridades no han querido dar a conocer.
Explicaron que el compromiso del GIEI es coadyuvar en la investigación y que, por ello, una comisión de seguimiento, integrada únicamente por Ángela Buitrago y Carlos Beristaín, se quedará en México durante los próximos dos meses para acompañar a los padres de familia de los jóvenes desaparecidos.
“Esto no es una nueva verdad histórica, en términos de que no se ha torturado, no se ha torturado para que se diga eso, pero es una torpeza, es una precipitación”, señaló Francisco Cox, GIEI.
Con información de N+ / Mario Torres