MÉXICO.- Recientemente, la Secretaría Ejecutiva del sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, la Unidad de Gobierno Digital de la Secretaría de la Función Pública, la Coordinación de la Estrategia Digital Nacional de la Presidencia, así como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, convocaron a la población a sumarse al sondeo sobre el trato a la niñez y la adolescencia: «Opinna: Dime cómo te tratan».
Una encuesta sencilla de 10 preguntas que fue aplicada a través de las redes sociales a 53 mil 971 niñas, niños y adolescentes de entre ocho y 17 años de México e Iberoamérica.
La encuesta fue aplicada a 17 mil 517 niñas y niños de entre seis y 11 años, y a 36 mil 454 adolescentes de entre 12 y 17 años.
Los resultados fueron reveladores.
A pesar de las reformas para garantizar el respeto a los menores, el 38.2 por ciento de los niños encuestados dijeron haber sufrido algún tipo de violencia.
Mientras que los hombres consideran más importante que los profesores les enseñen sin gritos y les ayuden a resolver sus problemas; para las niñas son primordiales la igualdad y la escucha activa.
Además, el 81.6 por ciento consideró incorrecto que una persona adulta los golpeé o se dirija a ellos con malas palabras.
El 55 por ciento de los encuestados consideró que el diálogo, la escucha activa y el trato igualitario y afectivo son características que valoran en los adultos.
Los resultados estadísticos arrojados en la encuesta servirán como herramienta para diseñar, impulsar y aplicar políticas públicas con el fin de erradicar el castigo corporal y promover la crianza positiva.
Fortaleza en la voz, no en los golpes
En entrevista con Paola Rojas, la psicóloga clínica Julia Borbolla, especialista en niños y adolescentes, dijo que los menores están conscientes que los castigos físicos no deberían aplicarse.
«Se ha normalizado la violencia. Tenemos muchos niños que están golpeados o con marcas y te dicen ‘¿qué te pasó? Me porté mal’, como asumiendo que merecen el maltrato físico como parte de la educación».
Dijo que tanto padres de familia como maestros deben recapitular.
«Tenemos un programa que se llama ‘El escudo de la dignidad’. Habla de cuatro trastadas que alguien te puede hacer: insultarte, golpearte, enseñar o tocar genitales o forzarte a algo que apachurre tu corazón».
Explicó que el programa se implementa a partir de los tres años, porque «desde este principio hay que explicarles que eres único».
«No tengo otro como tú. Eres muy valioso por el simple hecho de que no hay otro como tú. (…) Por eso, tú te tienes que cuidar y tienes un escudo de dignidad. Buscamos conductas de auto cuidado. (…). Por muy chiquito que seas, tu arma es tu voz».
Detalló que como parte de este proyecto, se utiliza un lenguaje coloquial para explicar a los menores que ellos pueden decir «NO» cuando consideren que están pasando por una situación de riesgo.
«Este programa lo usamos mucho para supervisar estancias infantiles».
Agregó que la finalidad es que los niños denuncien cuando son víctimas de «trastadas».
Sobre la «practica» de asociar la disciplina con los golpes, señaló que «son muy efectivos», sin embargo, traen mayores consecuencias.
«Una nalgada extingue la conducta en ese momento, pero genera muchos problemas más: baja autoestima, normalizar la violencia, resentimiento. Sobre todo, el que un niño se crea merecedor, esto es lo peor».
Agregó que para evitarlo es necesario que los niños crezcan con la cultura de la denuncia y exigir respeto, sin violencia.
«Tu fortaleza no tiene que estar en el grito o en el golpe. Tiene que estar en la convicción».
Con información de Noticieros Televisa