Foto: Twitter / @CeciPatriciaFMÉXICO.- La activista y madre buscadora Cecilia Flores Armenta denunció públicamente que está siendo víctima de amenazas que atentan contra su vida.
A través de dos videos publicados en Twitter, la fundadora y líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora indicó que estas agresiones derivan de la lucha que emprendió por encontrar a sus hijos desaparecidos y apoyar a las personas que continúan en la búsqueda de sus familiares.
Cecilia Flores señaló que desconoce quién es el autor de las intimidaciones que prometen quitarle la vida y las cuales, aseguró, van en aumento y son cada vez más fuertes.
La madre buscadora expuso que los mensajes contienen imágenes explícitas de personas torturadas, lo que ha provocado que viva en un estado de terror.
“Esas personas me están torturando psicológicamente con las amenazas que me hacen, me mandan fotografías y me dicen que así puedo acabar yo. Están acabando con mi paz y mi tranquilidad, tengo muchísimo miedo”.
Asimismo, acusó que hasta ahora no ha obtenido ningún apoyo por parte de las autoridades en la investigación de la desaparición de sus hijos Marcos y Alex.
“Mis hijos la única oportunidad que tienen de volver a casa, es que yo los siga buscando”, declaró Cecilia Flores.
Por esto, la activista exigió al Estado investigar las amenazas en su contra, pues aseguró que su miedo más grande es dejar este mundo sin haber encontrado a sus hijos.
“Qué daño les hace una madre que solamente lucha día a día por encontrar lo que alguien un día le arrebató (…) les suplicó que nos ayuden a buscar y encontrar a nuestros desaparecidos”.
Agresiones
El pasado 25 de mayo, la integrante del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, Yesenia Guadalupe, fue localizada con vida después de haber sido sustraída de su domicilio.
Sin embargo, la activista Ceci Flores expuso que luego de permanecer cuatro días privada de la libertad, Yesenia regresó con golpes en el cuerpo y tras sufrir múltiples amenazas, decidió retirarse de la búsqueda de su esposo de manera definitiva.
Con información de El Economista
