MÉXICO.- A 100 días de los asesinatos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, en Cerocahui, Chihuahua, se ofició una misa a su memoria en el templo de la sierra Tarahumara en donde ejercieron su ministerio.
A nombre de la provincia mexicana de la Compañía de Jesús, habló el sacerdote José Francisco Méndez Alcaraz.
«Sigue faltando en instituciones y en grupos una voluntad que muestre el deseo de querer avanzar en la construcción de una paz con justicia y dignidad y para tener una verdadera voluntad de transformación es necesaria la capacidad de escucha, de una escucha con empatía».
Agregó en su homilía que para que en México haya paz y justicia se requiere de un silencio profundo que haga a un lado prejuicios y sesgos ideológicos, alejarse de la indiferencia y permitir el diálogo constructivo de unidad, en la pluralidad.
Frente al altar se colocaron las fotografías de los dos jesuitas asesinados.
Previamente, en un comunicado, la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús consignó que a 100 días de los asesinatos de los sacerdotes Javier Campos y Joaquín Mora, en la Sierra Tarahumara se vive un clima de fragilidad, en medio de la lacerante impunidad.
Denuncian que las redes delictivas siguen operando en el municipio de Urique, Chihuahua, y que el presunto autor del delito, José Noriel Portillo Gil, alias «El Chueco», líder criminal en la zona, continúa libre, lo que genera miedo en las comunidades y una gran incertidumbre sobre el futuro.
Con información de N+/ Juan Sebastián Solís