MUNDO.- Unas de 2.200 personas siguen incomunicadas en Nueva Zelanda una semana después de que el ciclón Gabrielle golpeara la Isla Norte, donde dejó 11 muertos, indicó este lunes el primer ministro, Chris Hipkins.
Las autoridades neozelandesas se afanan en tratar de contactar con estas personas, mientras los servicios de emergencia trabajan en recuperar completamente la corriente eléctrica en unos 15.000 hogares y arreglar las conexiones de internet y teléfono.
Hipkins señaló hoy, en una rueda de prensa en Wellington, que la Policía pudo contactar con 4.260 personas, de las 6.517 que permanecían incomunicadas, y se encuentra a salvo.
Hasta el momento la cifra de fallecidos se sitúa en 11 -entre ellos una niña y dos bomberos voluntarios-, aunque las autoridades advierten que podría aumentar a medida que acceden, por el receso de las aguas, a zonas incomunicadas azotadas por Gabrielle, especialmente en la región de Hawke’s Bay.
Los equipos desplegados continúan además con las tareas de limpieza, reparación y reconstrucción tras este grave desastre, que las autoridades del país oceánico vinculan a la crisis climática.
El Gobierno neozelandés anunció hoy un fondo de 250 millones de dólares neozelandeses (156 millones de dólares estadounidenses o 146 millones de euros) para la reparación de la infraestructura vial y otro de 50 millones de dólares neozelandeses (31 millones de dólares estadounidenses o 29 millones de euros) para ayudas a los negocios y trabajadores del sector primario afectados.
«La devastación que ha supuesto para algunos agricultores perder todas sus cosechas coincide con la de otros productores que anhelan sacar sus mercancías al mercado. Las conexiones de transporte son esenciales para poder hacerlo», remarcó el ministro de Finanzas, Grant Robertson.
Según la cadena pública neozelandesa TVNZ, muchos agroganaderos se han visto obligados a tirar miles de litros de leche debido a la imposibilidad de vender sus productos a raíz de los daños en las carreteras.
El ciclón Gabrielle tocó tierra en la Isla Norte el 12 de febrero, aunque a posterior fue rebajado desde ciclón de categoría 2 (sobre un máximo de 5) a fuerte tormenta tropical, y el pasado martes el gobierno de Nueva Zelanda declaró la emergencia nacional en numerosas regiones afectadas, incluida Auckland -la ciudad más poblada del país-.
Con información de EFE