MUNDO.- Cientos de personas desfilaron hoy por la capilla ardiente instalada en la catedral de Ciudad del Cabo (suroeste de Sudáfrica) para despedir al arzobispo emérito Desmond Tutu, premio Nobel de la Paz e icono de la lucha contra la opresión racista del «apartheid».
En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, el féretro había llegado a la catedral de San Jorge a primera hora de esta mañana.
Allí había sido recibido por el actual arzobispo de Ciudad del Cabo y líder de la Iglesia anglicana del sur de África, Thabo Makgoba, y otros sacerdotes.
En la catedral aguardaba también la familia del icónico líder religioso, que tuvo un momento a solas en la capilla ardiente antes de que esta se abriera al público general.
Siguiendo los deseos del propio Tutu, quien había pedido que no se gaste dinero innecesariamente en sus funerales, el ataúd es un modelo muy simple de madera, sin más adornos que un pequeño ramo de flores blancas colocado encima.
Desde primera hora de la mañana, una larga fila de personas aguardaba ya para entrar a la catedral y dar su último adiós al arzobispo anglicano.
«Él era realmente un regalo enviado por dios a esta parte de Sudáfrica, donde necesitábamos la ayuda», explicó a la televisión pública SABC una mujer sudafricana que esta mañana esperaba para entrar a la capilla entre los primeros visitantes.
Inicialmente, estaba previsto que la capilla ardiente pública tuviera lugar solo este viernes, en la víspera del funeral de Estado que tendrá lugar el 1 de enero (sábado).
Finalmente, sin embargo, la Fundación Tutu y las autoridades decidieron extenderla y que comenzase hoy, ante la previsión de que un gran número de personas querrá rendir tributo al arzobispo en la que fue su catedral.
En paralelo, durante esta mañana también se celebró un funeral en la catedral de Santa María de Johannesburgo, urbe en la que el religioso anglicano vivió parte de las etapas más cruentas del régimen de segregación racista del «apartheid» entre los años setenta y ochenta.
«Uno de sus nietos me dijo que no tenía idea de cuán icónico era su abuelo hasta que esto ha pasado. Esto para mí da testimonio del tipo de hombre humilde y simple que era él» expresó durante el servicio la alcaldesa de Johannesburgo, Mpho Phalatse.
La primera edil de la mayor ciudad de Sudáfrica transmitió también que el Ayuntamiento está estudiando una propuesta para convertir la zona de esta catedral, ubicada en el centro de la ciudad y donde el fallecido arzobispo desarrolló parcialmente su ministerio, en el «Distrito Desmond Tutu».
Los homenajes continuaron de esta manera por quinta jornada consecutiva para despedir a una de las figuras más queridas y respetadas de la historia reciente de Sudáfrica.
Nacido en 1931 en Klerksdorp, una pequeña localidad al suroeste de Johannesburgo, Tutu fue galardonado con el Nobel de la Paz en 1984 por su lucha incansable contra la opresión racial del «apartheid».
La trayectoria de Tutu estuvo marcada por una constante defensa de los derechos humanos, algo que le llevó a desmarcarse en numerosas ocasiones de la jerarquía eclesiástica para defender abiertamente posiciones como los derechos de los homosexuales o la eutanasia.
«Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor. Si un elefante tiene su pie en la cola de un ratón y dices que eres neutral, el ratón no agradecerá tu neutralidad», solía decir el arzobispo.
En la última etapa de su vida también alzó a menudo la voz contra la corrupción de los nuevos poderes de la democracia sudafricana y contra problemas globales como el cambio climático.
En los últimos años se había mantenido alejado de la vida pública debido a su avanzada edad y a los problemas de salud que arrastraba desde hacía años, incluido un cáncer de próstata.
Tutu falleció el pasado 26 de diciembre en Ciudad del Cabo a los 90 años de edad.
La capilla ardiente la catedral de San Jorge se mantendrá abierta al público tanto el jueves como este viernes entre las 9 (7 GMT) y las 17 horas (15 GMT).
Con información de EFE