Ciudad de México.- El compromiso es uno de los factores estratégicos para incrementar la calidad, productividad y rentabilidad en las organizaciones. Sin embargo, no resulta fácil de estimular y mantener con un buen indicador. Esto se debe, principalmente, a que depende del humor social de la fuerza de trabajo y es preciso operar en ese nivel para conseguir la mayor ventaja posible.
¿Existe el compromiso espontáneo?
Solemos creer que el compromiso y la lealtad son inherentes en los colaboradores y que pueden surgir de manera espontánea. Nada más lejos de la realidad pues se trata de una fuerza que se debe mantener viva todos los días a través con:
• Un estilo de pensamiento empresarial incluyente que haga sentir al trabajador que tiene un lugar, desarrollando filiación y sentido de pertenencia.
• Un conjunto de valores entre los cuáles se encuentra el compromiso compartido como uno de los más relevantes.
• Un código de ética en el que se refuerza el papel del compromiso como uno de los factores que impulsan la calidad, la productividad y la rentabilidad.
• Mecanismos para crear relaciones equilibradas donde el compromiso de todos es apreciado y correspondido con reciprocidad.
• Medios de comunicación que mantienen informados a los integrantes de la empresa acerca del valor del compromiso, los objetivos, las acciones que se emprenden de forma periódica y los resultados obtenidos.
No te lo pierdas: Banxico: Problemas con transferencias pueden extenderse dos semanas más
Compromiso: confianza en la empresa
Investigadores de diversos institutos reconocidos coinciden en que el compromiso representa un grado de confianza sin caducidad entre los empleadores y los colaboradores. Esto quiere decir, que el nivel más alto se consigue cuando la confianza no está condicionada por el intercambio de estímulos y remuneraciones. Significa que se encuentra más allá de lo material.
Te compartimos seis claves que te ayudarán a despertar el compromiso en tu equipo de trabajo. Como cualquiera otra práctica, hay que ponerla en marcha y evaluar los efectos hasta encontrar el estado apropiado y deseado de acuerdo con tus objetivos. Una vez que tengas resultados, puedes apoyar a otros líderes a adoptar estos pasos que además son sencillo de ejecutar.
1. Conocer a las personas: Es indispensable conocer a las personas con quienes colaboras para obtener información valiosa sobre expectativas, objetivos, deseos, actitudes, creencias y hábitos. Es cierto que nunca se llega a conocer por completo a nadie, pero este ejercicio te ayudará a crear un mapa general.
2. Detecta habilidades: Hay que saber en cuáles aspectos tiene alto desempeño cada persona y en cuáles no. De este modo puedes asignar tareas optimizando los recursos y cada compañero sentirá que realiza una aportación más consistente.
3. Crea espacios de mentoring: Acércate a cada colaborador y sensibilízalo sobre la importancia de aprender y mejorar de forma continua. Enséñale a hacer las cosas y explícale claramente cuál es el estándar que deberá alcanzar. Una vez que comience, no dejes de monitorear y reconocer el progreso.
4. Genera un clima de confianza: Es fundamental que en el equipo de trabajo exista un clima organizacional donde las personas puedan expresarse libremente y sin represalias. Más importante todavía, debe ser un espacio laboral donde la gente siempre haga lo correcto, aprenda a pensar y actuar considerando los intereses del equipo. Si desde un principio se plantean límites claros, todos podrán cumplirlos y confiar unos en otros.
5. Establece acuerdos claros: Cuando existe conocimiento sobre las personas, conciencia de sus habilidades, condiciones para el aprendizaje y un clima de confianza, el equipo estará en condiciones de establecer acuerdos claros en los que hay fechas que cumplir y entregables que realizar con ciertos estándares. Es aquí donde comienza a surgir el compromiso con el grupo para llevar a cabo la tarea, cuidando la relación y, sobre todo, la estabilidad y supervivencia en lo general.
6. Motiva el comportamiento íntegro: El compromiso se convierte en el representante por excelencia del valor de empeñar la palabra para lograr algo: a eso se le conoce como integridad. Poco a poco, ésta se traduce en una capacidad para prometer y cumplir, donde la satisfacción del logro es un estímulo fundamental que se potencia cuando todos los colaboradores de un grupo de trabajo también están disponibles a reconocer que el éxito se consigue en conjunto.
Por último, es muy importante que enseñes a tus colaboradores a distinguir entre la victoria personal y la victoria de equipo. Todos tenemos oportunidades para lucimiento por nuestro esfuerzo individual y ahí es donde la victoria personal se debe celebrar. A su vez, está la victoria de equipo que es el resultado de lo que hacemos en conjunto. La primera no puede estar por encima de la segunda y ese también es un compromiso que todos debemos asumir con integridad.
Te recomendamos: ¿Necesitas un crédito? Ten cuidado con las Sofomes falsas
Fuente: www.paolarojas.com