Foto: Pixabay, usada bajo CC0 1.0

Coronafobia, el inexplicable miedo a contraer covid-19

MUNDO.- Hace dos años que el covid-19 invadió al mundo. A todos nos cambió la vida, pero en algunos la devastación ha sido tal que perdieron por completo la estabilidad emocional.

Infectarse de coronavirus para ellos se convirtió en un miedo irracional.

«Yo sentía que si salíamos a la calle, el virus nos iba a rodear y nos iba a matar, no, entonces deje de salir a la tienda, dejé de salir al super, dejé de sacar a mi perro a la calle, lo subía a la azotea, me subía con una botellita con cloro y ahí limpiaba lo que hacía mi perrita y nos bajábamos y aquí estábamos encerradas».

Fitzia Benítez, una comunicóloga exitosa, mamá de una pequeña niña, tomó una decisión extrema. Se mantuvo encerrada en su casa a lo largo de todo un año. Todo lo pedía por internet. La comida la recibía en la puerta de su casa, misma que desinfectaba y lavaba con agua y jabón.

Incluso, hizo que el papá de su hija, de quien está separada, solo tuviera contacto con la niña por videollamada. 

Comenzó con estos síntomas cuando inició la pandemia y había poca información sobre la enfermedad.

«Empecé con ansiedad, con problemas de sueño, no podía dormir, en la noche (…) yo en las madrugadas me despertaba y sentía que me faltaba el aire, y decía ‘ya me infecté’, pero era un miedo irracional porque como me voy a infectar si no salgo, si no tengo contacto con nadie, pero entonces yo pensaba que me había infectado, entonces me tomaba el oxígeno y luego tenía al lado de mi cama un perfume, entonces todas las mañanas olía el perfume para saber si no tenía covid».

Ella padece de coronofobia, una condición que ya ha sido catalogada por los expertos como una enfermedad mental. Sienten un miedo inexplicable de contraer covid, contagiar a sus seres queridos y morir a causa de la enfermedad.

«A mi lo que más me daba miedo era pensar que mi hija o mi mamá se podían morir por mi culpa, por un descuido mío, porque yo me iba con mis amigos (…) como por un egoísmo mío que yo las pudiera contagiar, eso me daba pavor».

Afortunadamente, cuando accedió a vacunarse, Fitzia comenzó a superar sus miedos.

Ya sale de su casa y está tratando de retomar su vida. Su hija regresó a la escuela y ya convive con su papá.

Además, está en tratamiento médico y ahora tiene como recuerdo la parte creativa que ella y su niña desarrollaron durante el confinamiento. Pintaron cuadros que ahora lucen en las paredes de su casa.

Con información de Noticieros Televisa / «Al aire con Paola» / Karina Cuevas

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