México. – El proyecto del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía (AISL) ya registró su primer incremento de costo, de 11.7%, al pasar de 70,342.1 millones de pesos a 78,557.3 millones de pesos.
Lo anterior debido a que se ha sumado la compra de 1,284 hectáreas (para amortiguamiento acústico y de seguridad) y la reubicación de todas las instalaciones militares dentro del mismo polígono, de acuerdo con información de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
“Uno de los principales problemas detectados en la planeación para la ubicación de las pistas lo constituye la presencia del Cerro de Paula, cuya elevación máxima es de 2,625 metros sobre el nivel del mar, para la ubicación de la pista sur. Por tal razón, se estableció de común acuerdo entre las partes involucradas que dicha pista se considerara exclusivamente para uso militar”, refiere un informe de la dependencia.
Debido a que la fuente de los recursos de la nueva terminal, ubicada en una extensión de 3,615 hectáreas, provendrá en su totalidad de presupuesto público de los siguientes tres años, la inversión del gobierno federal aumentará 17.5%, porque inicialmente se estimaba ejecutar obras mediante concesiones por un monto de 3,463.6 millones de pesos.
Así, el proyecto de plan maestro presentado en agosto pasado (que contó con la participación del Grupo Riobóo) fue modificado y la firma de consultoría Aeropuertos de París ya se integró al equipo de trabajo, aunque la versión final (que determinará la capacidad aeronáutica-operacional, fundamental para la proposición de capacidades de los lados tierra y aire) está prevista para ser entregada en el segundo semestre del presente año.
La nueva terminal debe ser inaugurada a finales del 2021 y operará simultáneamente con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y el Aeropuerto Internacional de Toluca en el Sistema Aeroportuario del Valle de México, propuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador ante la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.
La construcción está a cargo de la Dirección General de Ingenieros y de la Escuela Militar de ingenieros de la Sedena, para lo cual se desarrolló un nuevo escudo que portará su personal, cuyo lema es “Cumpliremos la misión”. La Secretaría de Comunicaciones y Transportes, como cabeza del sector, colaborará en todo momento en las tareas y está pendiente de la entrega del estudio de aeronavegabilidad y de operaciones simultáneas que realiza NavBlue, para dar cumplimiento a la normatividad de la Organización de Aviación Civil Internacional.
El AISL entrará en funciones con el desarrollo de su primera etapa, que incluye dos pistas, un edificio terminal (de cuatro que habrá cuando sea necesario y logre su máximo desarrollo para atender a 100 millones de pasajeros) con 38 posiciones de contacto para aerolíneas, un estacionamiento para 4,000 vehículos, la torre de control, servicios aeroportuarios, hangar de mantenimiento, aduana y terminal de carga, entre otras instalaciones.
En su primer año, se estima una demanda de 18 millones de pasajeros y “las operaciones relativas de dos aerolíneas”. Las primeras estimaciones de tráfico que están en poder de la Sedena refieren que, luego de 10 años de operación, la terminal comenzará a tener problemas de saturación, a pesar de que estará en condiciones de ser ampliada y prolongar su vida útil (como el AICM), la cual se ha establecido en 30 años.
Con información de El Economista.