MUNDO.- Golpeados de lleno por una segunda ola de la pandemia de coronavirus, que podría no ser la última, los países europeos refuerzan sus restricciones, en especial este lunes Alemania y Bélgica, no sin provocar el enojo de sus habitantes, ante un virus que deja ya más de 1,2 millones de muertos en el mundo.
En todo el planeta, ya hay más de 46,5 millones de contagiados, desde que el virus apareciera a finales de 2019 en China, y al menos 1.201.450 personas murieron, según un recuento de la AFP del lunes.
América Latina y el Caribe es la región más enlutada del mundo con más de 403.000 fallecidos y 11,3 millones de contagios. Le siguen Europa (280.109), Estados Unidos/Canadá (241.175) y Asia (171.423).
Esta segunda ola en el Viejo Continente podría no ser la última, advirtió el Consejo Científico que guía al gobierno francés en la gestión de la pandemia.
Se pueden temer «varias olas sucesivas durante el final del invierno y en la próxima primavera» boreal de 2021, en función del clima y el «nivel y eficacia» de las estrategias de test, rastreo y aislamiento de los casos positivos, afirmó.
El Consejo estima una salida de la segunda ola a final de año o principios de 2021, con un retorno de la circulación del virus a un «nivel muy controlado» (5.000 a 8.000 nuevos casos por día máximo).
Así, para controlar el avance del virus, los países europeos comenzaron ya a reinstaurar medidas, como Alemania, que ordenó una serie de cierres desde este lunes hasta finales de mes. Los alemanes no estarán confinados en sus casas, pero bares, cafés y restaurantes deben cerrar, así como teatros, óperas y cines. «Una bofetada», según el mundo de la cultura tras el anuncio.
Portugal, que aplicará un nuevo confinamiento en el 70% del país desde el miércoles, anunció este lunes que declarará el estado de emergencia sanitaria para poder aplicar medidas más restrictivas.
Bélgica, el país donde el virus circula más rápido en el mundo, el gobierno decidió un «confinamiento más severo» durante seis semanas. Todos los comercios no esenciales permanecerán cerrados desde este lunes y el teletrabajo vuelve a ser la norma. El primer ministro Alexander De Croo indicó que solo podrá invitarse a una persona en el domicilio. En Bruselas, como en Francia y otras partes de Europa, este giro se justifica por la situación «crítica» en los hospitales.
Italia, el primer país del continente que impuso un confinamiento durante la primera ola, también se prepara para comunicar nuevas restricciones.
Las autoridades del cantón suizo de Ginebra decretaron por su parte el cierre de bares, restaurantes y comercios no esenciales ante la «severa agravación de la situación».
Y Austria pasará a un confinamiento a partir del martes y hasta final de noviembre.
En el Reino Unido, el país que deplora el mayor número de muertos en Europa (46.555), el primer ministro Boris Johnson anunció un reconfinamiento de Inglaterra desde el jueves hasta el 2 de diciembre.
Esta vuelta de los confinamientos aumenta la frustración y el cansancio en muchas partes del globo, generando disturbios, sobre todo en Europa.
Cada vez hay un mayor temor a que muchas empresas quiebren, y se enfrenten a un «armagedón financiero», según Michael Kill, director de la asociación de bares y restaurantes en Reino Unido.
Por tercera noche consecutiva el domingo, se produjeron violentos incidentes, con saqueos, vandalismo y enfrentamientos con la policía en varias ciudades en España, durante manifestaciones contra las restricciones, en especial el toque de queda nocturno y el cierre decretado por casi todas las regiones españolas.
«Causan un perjuicio muy grave a la ciudadanía en un momento en que nos estamos jugando tanto (básicamente la salud de las personas)», lamentó el alcalde de León (norte).
Incidentes similares se registraron el fin de semana también en varias ciudades italianas, así como en Praga, la capital de República Checa.
Mientras Europa se cierra cada vez más, al otro lado del Atlántico, varios países de América Latina comenzaron a levantar medidas, esperanzados por su parte de reactivar la economía.
La ciudadela inca de Machu Picchu, joya turística de Perú, reabrió el domingo ante una paulatina reducción de los contagios en un país con la mayor tasa de mortalidad en el mundo (105 decesos por cada 100.000 habitantes).
En la capital, Lima, se celebró el domingo una misa al aire libre, con velas y sin público, en la plaza de Armas para recordar a los más de 34.000 muertos por la pandemia en el país.
Con 614 muertos registrados en las últimas 24 horas, según el último balance de la AFP, la situación sanitaria en Estados Unidos sigue deteriorándose y enciende las alarmas a solo un día de la elección presidencial. El país es el más golpeado del mundo con 231.003 fallecidos y 9,2 millones de casos.
El coronavirus no perdona a nadie, ni siquiera al príncipe Guillermo de Inglaterra, de 38 años, que según el diario The Sun contrajo el covid-19 en abril, pero no lo comunicó porque «no quería preocupar».
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunció de su lado el domingo que se puso en cuarentena tras haber estado en contacto con una persona que dio positivo al covid-19.
Con información de AFP