MÉXICO.- En México siete de cada 10 hogares tienen un perro o gato como animal de compañía.
La cifra de animales domésticos supera a la población tanto de niños menores de nueve años como de ancianos, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El Consejo Nacional de Población revela que desde el año 2000 muchas parejas jóvenes han decidido adoptar perros en lugar de tener un hijo.
Esto significa que desde entonces a la fecha, el número de perros domésticos ha aumentado 30 por ciento y el número de nacimientos ha disminuido 17 por ciento por cada año.
Son los perrhijos o gathijos
Para muchos, los llamados perrhijos o gathijos son aquellos que comen alimento especial, visten y en ocasiones calzan, además les celebran fiestas de cumpleaños, hacen ejercicio con sus dueños, tienen sus propias cuentas en redes sociales y los llevan de viaje porque, aseguran, son un integrante importante de la familia, como si fueran sus propios hijos.
Pareciera que el vínculo de las personas con las mascotas está creciendo fuertemente.
Las causas podrían ser varias, por ejemplo, las estadísticas señalan que los nuevos matrimonios duran un promedio de ocho años, pero la vida con un perro o gato puede extenderse mucho más allá de una década.
Además, diversas investigaciones demuestran que tener perros o gatos en casa tiene beneficios para la salud, como disminuir el estrés y la ansiedad entre las personas.
Sin embargo, también han señalado que humanizar a los animales de compañía tiene desventajas.
Hace unas semanas la UNAM emitió un boletín informando que las personas que tienden a humanizar a sus mascotas les causan un gran daño, pues les exigen comportamientos que no son propios de la especie.
Tratar como humano a un perro o gato, desdeñando sus propias formas de comunicación, organización social y reglas de convivencia, limita su bienestar al generarles un alto grado de ansiedad.
En el documento se agrega que tratar a las mascotas como si fueran hijos también puede causar trastornos mentales en los dueños.
La dependencia a los perrhijos
Nayeli Estrada asegura que Sheldon, su perro chihuahua, la acompaña a todos lados, desde el trabajo hasta las fiestas.
«Vive conmigo todo el tiempo. (…) Hemos adaptado la vida laboral para que él vaya conmigo a la oficina. Hemos fomentado esta cultura dentro de la oficina y todos los colaboradores llevamos a los perritos».
En entrevista con Paola Rojas, dijo que esto se debe a que actualmente se ha abierto la cultura sobre la convivencia con las mascotas.
Por su parte, Trébol Georgina Muro dice que Dolce, su perrita, llevan su vida juntas.
«Sale a pasear, va de compras, come conmigo en la mesa, es como un bebé para mí».
Trébol dijo que ha recibido críticas de otras personas.
«Dicen que exagero, porque Dolce hasta tiene sus fiestas de cumpleaños. (…) La gente a veces dice ‘creo que estás exagerando que tenga su carriola, que se vista’. (…) Ella se cambia diario, no puede estar sin ropa».
Nayeli comentó que la dependencia a Sheldon es tal, que no se pueden separar. Cuando ella viaja, dijo, ambos se deprimen, por lo que le ha contratado una nana.
Agregó que ya están tomando terapia, aunque está dispuesta a renunciar a tener una familia por Sheldon.
«Es muy difícil que nos separemos. De hecho no hemos podido por ejemplo adoptar a algún otro perro o algún plan de embarazo, hasta pareja yo no puedo (tener) porque él es muy demandante. Yo lo hice mucho daño. (…) lo convertí en perrhijo».
Pese a todo, ambas afirman que son felices con sus mascotas.
Con información de Noticieros Televisa