MÉXICO.- De cuando el futuro nos alcance o mejor dicho nos alcanzó. Y ahora se pueden hacer transacciones y comprar cosas con dinero digital que nunca se ve, pero gracias a Internet se sabe que ahí está.
Son las llamadas criptomonedas.
Una criptomoneda es cualquier tipo de unidad digital creada u obtenida mediante el cálculo matemático, cuyo sistema está basado en Internet y que se utiliza para realizar casi todas las operaciones financieras que, con una moneda tradicional, siempre y cuando las transacciones sean vía Internet.
En 2009 se concebía la primera criptomoneda, mejor conocida como Bitcoin o moneda digital.
Bitcoin es una moneda como el peso o el dólar, sin embargo, a diferencia del resto el Bitcoin es una divisa electrónica descentralizada, es decir, no tiene un emisor central como un ente gubernamental o un banco central que lo emita y le respalde.
Se basa por completo en el sistema digital llamado Blockchain o cadena de bloques.
Otra de las características del Bitcoin es que su creador continúa siendo anónimo y fue también quien decidió que su invento fuera de licencia libre, por lo que tampoco le pertenece a individuo alguno o compañía privada.
Quienes mantienen en funcionamiento su plataforma son los propios usuarios.
Además, las criptomonedas no se pueden falsificar porque las unidades se imprimen o crean a partir de problemas matemáticos muy complejos.
Cada ciertos minutos se crea un nuevo problema y las diferentes partes de la red tratan de solucionarlo. Quienes lo hacen reciben Bitcoins como una especie de premio, a todo este proceso se le llama minería.
Esta moneda tiene literal dos caras: la positiva y la negativa.
El primer lado es que ha convertido en millonarios a jóvenes como el caso de Erik Finman, quien en 2012 invirtió mil dólares en Bitcoins y hoy, a sus 21 años, es uno de los inversionistas más poderosos en este mercado.
Por otra parte existe un problema de seguridad, ya que el código para minar monedas puede implantarse en computadoras sin que aprobación de los dueños, mediante el llamado malware y con ello dañar el rendimiento de los procesadores.
Además, todo el poder de cómputo requerido para minar monedas, es decir, generarlas y verificar las transacciones, implica una considerable huella de carbono, lo equivalente a la energía consumida en nueve casas.
En entrevista con Paola Rojas, el director de Sistemas y Servicios Institucionales de la UNAM, Fabián Romo, habló sobre el origen de las criptomonedas.
«Viene después de la crisis del 2008 a los mercados financieros, entonces muchas personas en Internet, programadores y demás, trataron de encontrar una forma en la cual hacer flujos financieros sin necesidad de pasar por los bancos centrales que dependen tanto de la economía y las decisiones de los gobiernos».
El experto reiteró que este dinero virtual no reconoce una nacionalidad ni proviene de la extracción del oro o del petróleo, por lo que es respaldado por procesos computacionales.
«Los Bitcoins, por ejemplo, se crean a partir de la resolución de problemas computacionales. Hay solamente un límite de Bitcoins, eso le da un equilibrio al mercado, y cada cierto tiempo se generan estos Bitcoins por miles de computadoras en todo el mundo que van registrando los proceso en línea. Eso es lo que les da el valor, la demanda, la oferta y la creación de los Bitcoins».
Fabián Romo explicó que aunque no existen físicamente, las criptomonedas sí se pueden utilizar para realizar transacciones en diversas tiendas.
«Agencias de viajes, tiendas departamentales, incluso sitios de inversiones, por ejemplo, si te metes a algunos de ellos ahorita el Bitcoin está cotizado en 3,986 dólares. (…) Tan solo para guardar dinero, decir ‘tengo dinero, pesos mexicanos, y quiero comprar criptomonedas porque quiero apostar a que crezca su valor’, entonces simplemente como una manera de resguardar valores, dinero o inversiones. O bien, para comprar bienes».
Asimismo, explicó que el uso de las criptomonedas ha generado algunos retos.
«Obviamente al ser monedas que trascienden las naciones, por ejemplo, no están sujetas a impuestos, a los controles de los bancos centrales, incluso algunos países ya han dicho que van a crear sus propias criptomonedas para darles valor a partir de las transacciones en línea, en lugar de reservas petroleras. (…) Entonces sí crea retos porque sale del control de los gobiernos y todo esto está apoyado en la red mundial».
Indicó que en este mundo virtual no hay filtro alguno para evitar el lavado de dinero.
«No realmente. (…) Inclusive puede haber problemas para el pago de impuestos, declaraciones, crimen organizado y este tipo de cosas. Muchos sitios, por ejemplo, cuando secuestran información de una computadora ya no lo cobran en dólares o en pesos mexicanos o en euros, lo cobran en Bitcoins».
Sobre el uso de este dinero virtual en México, dijo que es marginal.
«Sigue siendo un porcentaje muy pequeño de la economía», agregó.
Con información de Noticieros Televisa