Washington, EU.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió hoy al trabajo con una agenda cargada para 2018, incluida una urgente negociación presupuestaria y una decisión sobre el futuro de miles de jóvenes indocumentados, y sin despejarse la sombra de la investigación sobre Rusia.
Trump, que regresó este lunes de diez días de vacaciones en su mansión de Mar-a-Lago (Florida), se despertó con ganas de tuitear y ofreció en la red social una lluvia de opiniones sobre Irán, Corea del Norte, los demócratas y los inmigrantes indocumentados.
El presidente entraba así en un año que será decisivo para su Presidencia, dado que el próximo noviembre se celebran elecciones legislativas en las que los republicanos podrían perder la mayoría que ahora ostentan en ambas cámaras del Congreso.
Tras anotarse su primera victoria legislativa con la recién aprobada reforma fiscal, que incluye notables recortes de impuestos para las empresas y enfrentó una fuerte oposición demócrata, Trump persigue ahora una «ambiciosa agenda», según aseguró hoy su portavoz, Sarah Huckabee Sanders.
«La reforma de las prestaciones sociales, la inversión en infraestructura, una reforma migratoria responsable y una reforma de salud serán las prioridades de la Administración este año», afirmó Sanders en su conferencia de prensa diaria.
Pero antes tendrá que superar un reto más acuciante: la necesidad de aprobar un presupuesto para mantener activo el gobierno federal antes del 19 de enero, cuando caduca una medida de gasto temporal.
La Casa Blanca no quiere otra medida temporal, sino que busca «un acuerdo presupuestario de 2 años», según adelantó Sanders.
Por eso, altos funcionarios de la Casa Blanca acudirán este miércoles al Congreso para negociar sobre el presupuesto.
A la cita acudirán el director de la oficina de presupuesto de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, y el jefe de asuntos legislativos, Marc Short, y se espera que también asista el jefe de gabinete de Trump, John Kelly, según confirmó a Efe una fuente de la Casa Blanca.
Con ellos se reunirán los líderes republicanos en el Senado, Mitch McConnell, y en la Cámara Baja, Paul Ryan; además de sus homólogos demócratas, el senador Chuck Schumer y la congresista Nancy Pelosi.
Aunque la reunión estará centrada en el presupuesto, se espera que en ella también se retomen las conversaciones sobre el futuro de los 690 mil jóvenes indocumentados conocidos como «dreamers» o «soñadores» que estaban protegidos por el programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia).
Trump anunció en septiembre pasado el fin de ese programa impulsado por el expresidente Barack Obama en 2012 y que protegía de la deportación a esos jóvenes, pero dio al Congreso hasta el próximo 5 de marzo para que solucionara la situación de los «soñadores».
No obstante, Trump ha vinculado cualquier solución para los «soñadores» con un paquete más amplio que incluya sus prioridades en materia migratoria, entre ellas la financiación del muro que quiere construir en la frontera con México, algo inaceptable para los demócratas.
El mandatario insistió hoy, desde Twitter, en que conseguirá construir «el desesperadamente necesitado MURO» en lafrontera, y arremetió contra los demócratas por su posición sobre DACA.
«Los demócratas no están haciendo nada por DACA, solo están interesados en juegos políticos. ¡Los activistas a favor de DACA y los hispanos se pondrán duros con los demócratas, y empezarán a ‘enamorarse’ de los republicanos y de su presidente! Nosotros buscamos RESULTADOS», escribió Trump en la red social.
Trump, que delineará sus prioridades legislativas el próximo 30 de enero en su discurso anual sobre el Estado de la Unión, quiere impulsar un proyecto para reparar las infraestructuras del país y reemplazar la reforma sanitaria de 2010, aunque los republicanos están divididos sobre ese último punto tras los fracasos de 2017.
Sobre esos propósitos sigue pesando, sin embargo, la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre los posibles lazos entre Rusia y la campaña electoral de Trump, una pesquisa que el mandatario ha tachado de «caza de brujas» y que se espera que produzca nuevas acusaciones este año.
La cuestión, para muchos analistas, es si Trump dejará a Mueller concluir su trabajo sin despedirlo como hizo en mayo con el exdirector del FBI James Comey, contra el que el Departamento de Justicia debería «actuar» legalmente, según sugirió hoy en un tuit sin dar más detalles.
Fuente: ElUniversal