Despiden a mexicana que murió en avionazo en Francia

Cancún, Quintana Roo.- A la orilla del mar y a sólo unos metros de la zona arqueológica de Tulum, amigos y alumnos de la maestra de yoga Daniela Ayón, una de las dos mexicanas fallecidas en el accidente aéreo del martes en los Alpes franceses, la despidieron hoy de la forma en que ella les enseñó: meditando y dando gracias.

Milenio reporta que alrededor de 20 personas, entre ellas niños, se reunieron en la Playa Santa Fe, el mismo lugar donde Daniela impartía clases de yoga, meditación y otras técnicas enfocadas en la búsqueda del desarrollo espiritual.

Candace Flores recordó que desde la adolescencia Daniela se distinguió por su espíritu viajero, alegre y positivo, que la llevó a viajar mucho y a conocer a mucha gente alrededor del mundo.

La brasileña Alena Maggi fue la encargada de encabezar la ceremonia en la que hubo llantos y tristeza pero también el consuelo de saber que Daniela, originaria de Tampico, estado nororiental de Tamaulipas, vivió plenamente.

La ceremonia «holística» para despedir a Daniela fue idea de Olivia Martínez, residente en esta ciudad del estado sudoriental de Quintana Roo, con quien la profesora de Yoga tenía contacto permanente, y que se encargó también de convocar a las personas que asistieron.

«Nosotros trabajamos mucho con el alma, sabemos que Daniela pasó por momentos muy traumáticos con el accidente pero tenemos la certeza que ahora está bien, siguiendo el camino de paz. Para todos nosotros, participar en esta ceremonia nos ayuda también a tener paz espiritual», comentó.

Todos los asistentes compartieron mensajes y algunas anécdotas, hubo rezos y al final se lanzaron rosas blancas al mar.

Olivia Martínez comentó que Daniela esperaba regresar a este lugar para preparar un curso de certificación para maestros de yoga, el cual estaba programado para realizarse en agosto.

«Hace poco Daniela estaba haciendo promoción del curso en redes sociales y en YouTube. El curso de meditación, yoga y cocina vegana iba a durar un mes; es una pena que ya no se pueda realizar», dijo. 

Fuente: Milenio

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