MÉXICO.- El presunto homicida del religioso y defensor indígena, Marcelo Pérez Pérez, fue detenido según informó el gobernador de Chiapas, en medio del funeral del sacerdote asesinado el domingo pasado.
“Mi reconocimiento a las autoridades de justicia quien me ha informado que ha sido detenido el autor material de la muerte del padre Marcelo”, publicó el gobernador Rutilio Escandón en sus redes sociales.
La Fiscalía de Chiapas detalló en un comunicado que el detenido fue identificado como Edgar ‘N’, acusado del delito de homicidio, en un operativo realizado en San Cristóbal de las Casas.
Según el reporte policiaco, un grupo del Ministerio Público reviso a detalle las cámaras de vigilancia del C5, y realizó labores de investigación y recabó declaraciones de testigos, lo que permitió identificar al presunto sicario a quien le ejecutó una orden de arresto como “autor material de este lamentable hecho”.
El padre Marcelo, indígena tzotzil y defensor de los pueblos originarios que denunciaba la violencia del crimen organizado, fue atacado a balazos cuando estaba en su vehículo en el barrio de Cuxtitali, en el oriente de la ciudad turística de San Cristóbal de las Casas.
Según un video que circula en redes, el crimen ocurrió a las 8:05 hora local (14:05 GMT), cuando el religioso recibió varios disparos por parte de un sujeto que lo esperaba en una esquina y lo sorprendió a bordo de su vehículo.
El homicidio fue perpetrado a la vista de una docena de transeúntes, a 100 metros de la iglesia donde momentos antes el religioso había oficiado una misa.
El sacerdote es sepultado
El cura de la etnia maya tzotzil fue sepultado este mediodía en un predio de la iglesia de San Andrés Apóstol, en el municipio de San Andrés Larrainzar, comunidad zapatista donde se firmaron los acuerdos de San Andrés 1996.
El padre Marcelo fue despedido por cientos de indígenas desplazados, defensores de derechos humanos, miembros de organizaciones civiles, con quienes caminó en defensa de la tierra, el territorio, el agua y los derechos humanos, exigiendo la paz y justicia.
Pascuala Vázquez, indígena tzeltal, integrante del gobierno comunitario de Chilón, describió al sacerdote como «un ejemplo para los pueblos».
«El gobierno comunitario siempre estuvo acompañando y él nos enseñó a todos nosotros a ver y a denunciar las injusticias en nuestro municipio. Él nunca nos enseñó a defender nuestros derechos a través del arma», expresó Vázquez.
Agregó que aún se encuentra «consternada por la noticia» del crimen, pues el cura solo «buscaba la reconciliación y la palabra».
Guadalupe Vázquez Luna expresó que con la sepultura del cura «crecerá uno de esos árboles de la vida que fructificará».
«Solo así, en nuestro hermoso nido, Chiapas, volverá a nacer el sol y brillarán luces de paz en los ojos de nuestras niñas y niños», expresó Vázquez Luna, sobreviviente de la masacre de Acteal 1997.
La misa de cuerpo presente fue presidida por el obispo Raúl Vera López, obispo emérito de la diócesis de San Cristóbal de las Casas.
El asesinato despertó la condena de la Iglesia católica y de organismos internacionales como la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), que ha documentado al menos 134 homicidios de defensores de derechos humanos desde 2017 en México, con al menos siete asesinatos en lo que va de 2024.
Con información de EFE