MÉXICO.- La Catedral de Celaya, Guanajuato, fue el lugar en el que familiares, amistades y colegas de partido despidieron a Gisela Gaytán Gutiérrez, candidata a la alcaldía de ese municipio asesinada durante un evento de campaña el 1 de abril.
El templo se ubica a poco más de diez kilómetros del lugar en el que un grupo de sicarios perpetró el ataque. En el cruce de las calles Benito Juárez e Independencia, mientras estaba rodeada de simpatizantes, Gisela fue ejecutada.
Cuando ocurrió la agresión, la candidata del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) estaba custodiada solamente por una escolta. En contraste, la misa y el velorio estuvieron vigilados por la Policía Municipal y la Guardia Nacional. Por aire y por tierra, los agentes brindaron la protección que no le fue concedida a Gisela en vida.
Según estimaciones del medio AM, a la misa de cuerpo presente acudieron más de 200 personas, incluyendo familiares, simpatizantes y miembros del partido guinda.
Entre los asistentes destacó la presencia de Adrián Guerrero Caracheo, coordinador de campaña de Gisela y candidato a regidor que resultó herido durante el ataque en San Miguel Octopan. También se dieron cita en la catedral Alma Alcaraz —candidata a gobernadora de Guanajuato— y Ricardo Sheffield —aspirante a un cargo en el Senado—.
La homilía se desarrolló en un ambiente de dolor e indignación que incluso fue compartido por el sacerdote César Corres Cadavieco, párroco del Templo de la Santísima Trinidad, quien estuvo a cargo del acto.
“No sólo mataron a una candidata, mataron a un cúmulo de posibilidades de bien que le fueron arrebatadas a esta ciudad por los delincuentes; todo el bien que ella iba a hacer, todas las políticas que ella iba a implementar, borradas de un plumazo, porque alguien cree que es dueño de la sociedad, porque alguien cree que puede controlar la vida de los demás”, manifestó el religioso durante la misa.
Cadavieco, quien conocía a Gisela desde hace aproximadamente una década, condenó el crimen y externó su esperanza en que los sicarios “se achicharren en el infierno”.
“Óiganlo bien malditos: Somos más los hombres de bien y la sangre de Gisela caerá sobre sus cabezas y las de sus hijos por siete generaciones, como dice la Biblia”, dijo el padre en un mensaje dirigido a los responsables de cometer el asesinato.
Con información de Infobae