MÉXICO.- La donación de órganos puede ser un acto de generosidad que puede transformar la vida de cientos de personas; cada día mueren en México, 20 personas a causa de la falta de un trasplante de órganos.
Y es que sólo una de cada cinco personas que están en la lista de espera del Centro Nacional de Trasplantes lo recibirán, ya que el número de donadores en México es 10 veces menor a la cantidad de trasplantes que se necesitan.
Por ello, la donación de órganos puede ser un acto de generosidad que puede transformar la vida de cientos de personas.
Rafael lo sabe, porque lo recuerda todos los días desde hace 11 años que recibió un trasplante de riñón.
Rafael Espino Cruz, trasplantado de riñón, dijo: “Hoy le doy gracias a Dios porque digo esa persona vive en mí y yo vivo por él”.
Él recibió el riñón de un hombre que perdió la vida en un accidente de motocicleta y tuvo suerte en recibirlo.
Apenas había transcurrido un mes y medio desde que se registró en la lista del Cenatra, cuando fue notificado que podía ser el candidato idóneo.
Se sabe que cada diez minutos se suma alguien más a la lista de espera del centro nacional de trasplantes, para recibir un órgano o tejido.
Aunque, Rafael no siempre tuvo suerte, a causa de una insuficiencia renal crónica, recibió hemodialisis a lo largo de siete años, sin saber que podía ser candidato a recibir un trasplante de riñón, él como muchos pacientes, no tenía la información adecuada.
«Nosotros como personas luego no concientizamos a uno mismo más que nada también concientizarse y saber que esto que yo pase lo puede estar pasando otra persona, no saber que el sigue en lista de espera o que no está en una lista, no saber que protocolo sigue, cómo es el proceso para estar en la lista de espera del Cenatra”, señaló Rafael Espino Cruz.
Al igual que Rafael, María de los Ángeles es un claro ejemplo de lo que un trasplante de riñón puede lograr.
María de los Ángeles Sánchez Ayala, trasplantada de riñón, señaló: “Ya tienes una calidad de vida mucho mejor, para mí, en lo personal yo siento que un 70, un 80 por ciento, no llegas al cien, pero si ya haces más actividades, ya caminas más, ya comes más cosas, incluso ahorita en la actualidad ya puedo andar sola, ya puedo caminar grandes distancias y antes no porque pues alguien a fuerzas, casi siempre contigo”.
A partir del trasplante, ambos deben llevar una vida sana, tener cuidados continuos, tomar sus medicamentos todos los días, porque la enfermedad no desaparece. En todo caso, para Rafael y María cualquier restricción vale la pena con tal de llevar una mejor calidad de vida.
Hace 24 años, Carolina Silva recibió un órgano.
«Yo traía un problema de insuficiencia renal después de ser mamá de dos chiquitas (…) los riñones fallaron y tuve la gracia de recibir el riñón de mi hermana que me lo donó», dijo Silva, presidenta de Trasplante y Vida IAP, en entrevista con Paola Rojas.
«Legalmente ya en México se reformó la ley y ya somos donadores tácitos todos, se supone, que al momento si hay muere cerebral, entonces pueden ser donados los órganos (…) sin embargo, en los hospitales los doctores tienen la difícil tarea pues la familia tiene que dar la autorización. Hay que platicarlo con la familia, es una difícil decisión», indicó Mari Rouss Villegas, presidenta de la Fundación MGAS.
Por su parte, Carolina reiteró que hoy día existe una larga lista de espera en México.
«Más de 23 mil personas esperan un órgano. Estas personas podrían recuperar su salud si existiese mayor donación en México».
Con información de «Al aire con Paola»