Australia. – Novak Djokovic enseñó al mundo que es el mejor. Por si había alguna duda, el serbio se coronó por séptima vez en Australia y lo hizo ante Rafael Nadal.
Con un tanteo de 6-3, 6-2 y 6-3, en 2 horas y 4 minutos Djokovic se coronó campeón del torneo. El español, que cedió 13 de los primeros 14 puntos del partido, no entró nunca en ritmo. Le perjudicaron los dos días parado entre las semifinales y la final y los nervios, que estaban más en su raqueta y en sus piernas que en las del serbio.
Magnificent Seven!@DjokerNole is the #AusOpen 2019 men’s singles champion def. Rafael Nadal 6-3 6-2 6-3.#AOChampion #AusOpenFinal pic.twitter.com/x5oRr6pfuO
— #AusOpen (@AustralianOpen) 27 de enero de 2019
Djokovic había ganado los últimos siete partidos entre ambos sobre cemento, sin conceder un asalto, y eso pesaba mucho en la moral de Nadal. El pupilo de Carlos Moyá, que sólo había perdido dos veces el saque en el torneo en el debut ante James Duckworth, ya lo había regalado en el segundo juego.
El número uno mundial se estiraba para llegar a pelotas imposibles. Disfrutaba de un segundo punto de ‘break’ para adelantarse 4-0 en el marcador.
Rafa encontró entonces una buena continuidad con su primer saque y respiró. Estrenaba su casillero. Se había hablado mucho del servicio del manacorí pero es que ‘Nole’ no perdió un punto en la puesta en escena de la pelota hasta la parte final del primer set.
Cuando Nadal afinó la puntería estaba demasiado atrás para remontar. Levantó un punto increíble con un globo de su adversario al que llegó con un pasante. Pero eran situaciones puntuales. El ritmo lo marcaba Djokovic, que le endosó el primer set a Rafa en el torneo en un visto y no visto.
La versión agresiva de Nadal no se vio. Se posicionaba tres metros lejos de la línea blanca, como en el pasado, como si estuviera jugando en tierra. Djokovic no quería despertar a su mayor adversario y, cuando olió la sangre, fue directamente a por él.
El manacorí tuvo una única oportunidad de reengancharse en el partido con un punto de rotura en el sexto juego del tercer set. Djokovic había cometido tres errores no forzados, pero no hizo un cuarto y le cerró la puerta al finalista.
Con información de Marca.