Washington, EU.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó al estado de Mississippi para asistir a la inauguración de un museo sobre la lucha de la comunidad afroamericana por los derechos civiles, un evento envuelto en polémica por el apoyo que despierta el mandatario entre grupos supremacistas blancos.
Trump llegó a la ciudad de Jackson procedente de su exclusivo club de Mar-a-Lago en West Palm Beach, Florida.
Unas cien personas aplaudieron su llegada mientras Trump fue recibido por el gobernador de Mississippi, el republicano Phil Bryant, y su esposa, Deborah Bryant, así como por un pequeño grupo de legisladores, entre los que estaba Roger Wicker, uno de los senadores del estado sureño.
La visita de Trump al Museo de los Derechos Civiles de Mississippi ha provocado una gran polémica porque varios congresistas afroamericanos e iconos en la lucha de los derechos civiles, como John Lewis, amenazaron con boicotear la ceremonia de inauguración si el mandatario asistía.
El gobernador de Mississippi invitó al presidente a la inauguración del museo, Trump aceptó el ofrecimiento esta semana y su respuesta ha provocado la indignación entre influyentes legisladores, considerados héroes en la lucha que afirmó el derecho al voto de la comunidad negra.
Como consecuencia, la Casa Blanca y el departamento de Archivos e Historia de Mississippi, encargado del museo, han tenido que crear otro programa para permitir la asistencia de Trump.
De esa forma, Trump no hablará en público como se había previsto en un principio, sino que se limitará a visitar el museo y se reunirá en privado con personas que participaron del movimiento por los derechos civiles en el auditorio que comparten el museo de historia de Mississippi y el nuevo museo de derechos civiles.
En un comunicado conjunto, los legisladores afroamericanos John Lewis y Bennie Thompson anunciaron su decisión de ausentarse de la inauguración al considerar que la participación del presidente es un «insulto» a las personas a las que rinde homenaje el museo.
Quien sí planea asistir a la inauguración es la viuda del activista Medgar Evers, asesinado por un supremacista blanco en junio de 1963, poco antes de la marcha sobre Washington en la que Martin Luther King pronunció su famoso discurso «Tengo un sueño» y habló de su visión de un futuro sin racismo.
La viuda del activista, Myrlie Evers-Williams, tuvo que luchar durante 30 años en los tribunales para conseguir justicia para su marido y se convirtió en una de las mujeres más prominentes en la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos.
Fuente: Milenio