MÉXICO.- Vivir con parálisis cerebral significa tener tantos anhelos como cualquier otra persona, pero en un cuerpo que no responde.
Dificultad para caminar, para mover los brazos, para hablar, pero ganas de salir adelante, de superarse. Así define su vida Eduardo Ortiz Díaz.
Eddie, como le dicen sus amigos y familia, nació en Guadalajara, Jalisco. Hace poco más de 30 años, justo al momento de su nacimiento lo diagnosticaron con parálisis cerebral, padecimiento que afecta a una de cada 300 personas en el mundo.
Desde pequeño acudió a centros de estimulación temprana para recibir distintos tipos de terapias debido a que su parálisis cerebral es severa y para moverse necesita apoyo.
Sin embargo, los límites de Eddi se traducen a sólo cuestiones físicas pues siempre se ha caracterizado por ser un joven trabajador.
A los 15 años ganó un concurso como vendedor de suscripciones de un diario de Guadalajara, así por tres años consecutivos
Hoy es Licenciado en Mercadotecnia por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente y trabaja como promotor en ventas de seguros, además hace labores altruistas para diferentes organizaciones sociales.
En entrevista con Paola Rojas, el consultor, conferencista y escritor, Helios Herrera, dijo que para el triunfo no hay excusas.
«Existen a partir de que tú entrenas a tu mente para que haya pretextos, Cuando tú a tu cerebro le pides excusas, tu cerebro te da excusas. Entendamos que nuestra mente es una fábrica de creación, lo que tú le pidas crear, va a crear».
Lamentó que desde pequeños aprendamos a usar la creatividad para crear justificaciones.
«Tenemos que darnos cuenta que ahí hay un proceso de aprendizaje y detenerlo. (…) Cuando tú le preguntas a tu cerebro ‘¿cómo puedo mejorar mi condición?’ como en el caso de Eduardo, entonces no utilizas las posibles excusas físicas como las de este joven».
Por definición, una excusa es una razón lógica para no hacer lo que se tiene que hacer.
«Eduardo tendría todas las razones lógicas para no trabajar, para no vender, para no salir y sin embargo hizo todo lo contrario. Ayuda a su familia. Cuando a tu cerebro le dices el cómo sí, empieza a crear posibilidades en vez de justificaciones».
Para cambiar el chip, dijo:
«Identificas la programación, devalúa las excusas, imagínate que fue una moneda de cambio que acaba de perder valor. Entonces ya no pides excusas, ya no das excusas, ya no ofreces excusas y ya no aceptas excusas, porque ya no te sirven para nada».
Con información y foto de Noticieros Televisa.