Ciudad de México, MÉXICO.- Lo llaman el Miguel Ángel mexicano, pues a sus más de 70 años y tras dos décadas de trabajo logró replicar la Capilla Sixtina en una iglesia de la Ciudad de México.
En 1999, Miguel Macías fue invitado por un amigo a Roma, luego visitaron el Vaticano y allí, justo en la Capilla Sixtina que pintara Miguel Ángel, comenzó a medir con pasos el tamaño de la capilla y se dio cuenta que eran casi idénticas a las de la parroquia que frecuentaba en la capital mexicana.
Así que unos amigos arquitectos calcularon las medidas exactas de la parroquia y efectivamente correspondían a los 500 metros cuadrados de la Capilla Sixtina; la única diferencia es la altura, pues la parroquia mexicana es 10 metros más baja que la del Vaticano.
Tras un año de cálculos, Macías se puso a pintar valiéndose de sus nociones de pintura y de la ayuda de un libro que compró en Roma.
Luego de dos décadas, y casi sin recursos económicos, pintó con enorme exactitud La creación de Adán, el fresco más reconocido de la Capilla Sixtina.
«Miguel Ángel estuvo cuatro años. A él le pagaron, le ayudó la familia Medici y era un genio, pero yo no. Yo ni pintor me considero.», bromeó
s.
Como aquí no se paga a nadie y todo es por amor al arte, en cada lienzo que terminábamos poníamos los nombres pequeños» para agradecer a «todos los que han pasado por aquí», comenta Macías.
Redacción / Fotografías: EFE