MÉXICO.- Superhéroe mexicano, motivador, atleta, ídolo en el cine y del cuadrilátero, Rodolfo Guzmán Huerta «El Santo» sigue siendo referencia de México en el mundo y objetivo de análisis del comportamiento humano pese haber fallecido hace 35 años, justo el 5 de febrero de 1984.
Nacido el 23 de septiembre de 1917 en Tulancingo, Hidalgo, comenzó su carrera en la lucha libre como Hombre Rojo, Enmascarado, Murciélago II y Demonio Negro, siempre en el bando «rudo».
Pero fue con una brillante máscara plateada y mallas blancas como llamó la atención del público y llenó cada noche las arenas donde se presentaba.
En 1963 se cambió al lado «técnico» para darle mayor credibilidad a su papel de héroe en la pantalla grande.
Su fama despegó y llegó a ser considerado imbatible pues en su carrera como luchador profesional, de 1942 a 1982, jamás perdió su máscara.
Aunque la primera película sobre luchadores en México se rodó en 1952 («La bestia magnífica»), el también llamado «Rey del Cuadrilátero» tuvo su primera participación seis años después, en Cuba, con los filmes «Santo contra el cerebro del mal» y «Santo contra los hombres infernales».
La ruta que siguió para convertirse en ídolo lo condujo también al mundo del cómic, gracias al dibujante José Guadalupe Cruz, quien lo convirtió en el primer personaje fantástico de la literatura popular; el tiraje de sus aventuras llegaría a más de un millón de revistas a la semana.
En sus odiseas en la pantalla grande, el también llamado «El Enmascarado de Plata» enfrentó a psicópatas asesinos, monstruos del espacio, maléficas hechiceras, gángsteres internacionales, mujeres vampiro, momias sedientas de venganza y científicos enloquecidos.
A principios de los años 80 participó en películas como «Santo contra los zombies», se alió con la Interpol en «Santo contra el Rey del Crimen», resolvió delitos en «Santo en el hotel de la muerte» y se enfrentó al diabólico «Doctor Zuko» en «Santo contra el cerebro diabólico».
Para 1982 logró la internacionalización con la producción cinematográfica de horror «Santo contra las mujeres vampiro», luego se consolidó como el héroe de la máscara plateada y campeón de la justicia en «Santo en el museo de cera».
De la primera etapa de su filmografía destacan los largometrajes en los que la lucha libre se combinó con el horror y la ciencia ficción, como «Santo contra el estrangulador», «Atacan las brujas» y «Santo, El Enmascarado de Plata contra la invasión de los marcianos».
Su fama pronto se extendió por todo el continente americano, Europa (principalmente en Francia, donde perdura su calidad de «héroe») y Asia; sus filmes pronto ganaron gran popularidad en países como Líbano y Turquía, incluso en naciones africanas como Marruecos y Egipto.
También apareció en «Misión suicida», «Anónimo mortal», «Santo en el misterio de la perla negra», «Las momias de Guanajuato», «Santo contra la hija de Frankenstein» y «Santo contra el Doctor Muerte», esta última rodada en España y considerada por los especialistas como su mejor producción.
Sin embargo, los gustos del público empezaron a cambiar en los años 70 y su carrera cinematográfica comenzó a declinar, a lo que se sumó su edad, por lo que optó por el retiro.
El 12 de septiembre de 1982, en el desaparecido ya Toreo de Cuatro Caminos y con un lleno total, se despidió de su público con una lucha de relevos atómicos donde lo acompañaron Gori Guerrero, Huracán Ramírez y El Solitario, que enfrentaron al Perro Aguayo y los Misioneros de la Muerte: Texano, Negro Navarro y El Signo.
«El Santo» se reunió con el periodista Jacobo Zabludovsky en una memorable entrevista presentada en enero de 1984 durante la cual, a nivel nacional y sin previo aviso, mostró parte de su rostro al quitarse casi por completo la máscara que había defendido por décadas.
Esto generó un «shock» en el colectivo mexicano, pero el reconocimiento a su persona no desapareció ni se limitó a lo mítico; las personas que lo trataron en el día a día han dado fe de su calidad humana con su familia, sus seguidores y compañero de profesiones, tanto en el cuadrilátero como el cine, entre ellas las actrices Sasha Montenegro, Rossy Mendoza y Lorena Velázquez.
El 5 de febrero de 1984, mientras participaba en una obra en el Teatro Blanquita de la capital del país, comenzó a sufrir dolores en el brazo y en el pecho, por lo que fue llevado al hospital, donde murió debido a un infarto.
Al día siguiente fue sepultado en Mausoleos del Ángel.
Compañeros de profesión, entre ellos Black Shadow y el también mítico Blue Demon, quienes cargaron el ataúd con sus restos.
Más de 10 mil fanáticos que pudieron ver a su ídolo vestido como en los escenarios, le rindieron tributo con lágrimas y aplausos.
De acuerdo con la crítica especializada, Rodolfo Guzmán Huerta murió ese día pero la leyenda de «El Enmascarado de Plata» sigue viva a través de sus películas y diversos proyectos que se han realizado en su honor.
Entre los innumerables reconocimiento brindados al carismático profesional de la lucha libre está el documental «El hombre detrás de la máscara», con producción de Imcine, la directora Gabriela Obregón y su hijo, El Hijo de El Santo; también una estatua de 3.65 metros de altura y más de una tonelada de peso elaborada por Edwin Barrera y ubicada en el Jardín de El Santo, en la colonia Morelos.
En 2004, el canal Cartoon Network revivió al mítico personaje al presentar «Santo contra los clones», una serie de caricaturas compuesta por cinco capítulos de dos minutos de duración, que transmitió entre octubre y noviembre.
Los cortes animados, cuyo guión y dirección corrió a cargo de Carlo Olivares Paganoni, fueron los primeros en ubicar una caricatura en la Ciudad de México, por lo que se pudo apreciar el ngel de la Independencia, el Periférico y muchos otros lugares significativos.
Entre las «atracciones» que conformaron cada uno de los capítulos, se presentaron unas botas especiales con las que El Santo podía volar, además del «Santomóvil» y un vehículo anfibio llamado «El mantarraya 1».
El reparto de voces estuvo conformado por Alberto Millet, quien dobló la voz del «Enmascarado de Plata» en muchas de sus películas del siglo pasado; Daniel Giménez Cacho, como el «Doctor Clon»; y su ayudante, «Adenaido», interpretado por Omar Chaparro.
Los críticos Raúl Criollo, José Xavier Návar y Rafael Aviña lo hacen suyo a través de la investigación ‘Quiero ver sangre», historia ilustrada del cine de luchadores elaborada con el apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), un banquete de anécdotas narradas con humor.
Eso además de los habituales ciclos de cine y transmisiones de sus largometrajes por todo el orbe que si bien destacan sus cualidades deportivas y artísticas, permiten que el mito de «El Santo» perviva en como héroe y referente nacional.
Con información de Notimex