Estados Unidos. – La famosa cantante Taylor Swift empleo un software de reconocimiento facial en su concierto para identificar a sus acosadores que entraran al show.
El pasado 18 de mayo, la cantante Taylor Swift dio un concierto en el estadio Rose Bowl de Pasadena, en California y fue ahí donde los fans que acudieron a verla fueron, sin saberlo, conejillos de indias de una nueva tecnología de reconocimiento facial destinada a detectar posibles acosadores de la cantante.
Según la revista Rolling Stone, los organizadores del concierto instalaron varias pantallas a lo largo de la entrada al estadio en las que los asistentes podían ver videos de la cantante ensayando. En esas pantallas también se grababan a los espectadores, capturando una imagen de la cara y comparándola con una base de datos con los acosadores que han amenazado o molestado alguna vez a Taylor.
Dado que un estadio es un recinto privado, las leyes de privacidad estadunidenses no impiden la captura y el uso de estas imágenes siempre y cuando se advierta a los usuarios de que pueden ser tomadas, algo bastante común en grandes eventos ya que se graban planos de la audiencia.
Sin embargo, debido a que esta especifica vigilancia no fue notificada a los asistentes, se ha levantado polémica entre organizaciones de derechos.
La investigadora de Human Rights Watch (HRW), Sarah Vincent, señaló al medio online Slate que Swift y las empresas en general «tienen la responsabilidad de respetar los derechos humanos, y deben asegurarse de que cualquier vigilancia que realicen esté realmente limitada a lo que es estrictamente necesario para lograr un objetivo legítimo».
Medios locales recordaron que un supuesto acosador de Swift, Eric Swarbrick, recibió en septiembre pasado una orden de alejamiento de la cantante, a la que había hostigado con cartas en los dos últimos años en las que amenazaba con violarla y asesinarla.
Meses antes, Mohammed Jaffar fue condenado a seis meses de cárcel y cinco años de libertad condicional por robo, después de aparecer en casa de Swift en Nueva York cinco veces en dos meses, de acuerdo con la prensa.
Con información de Milenio y El Universal.