Buenos Aires.- La búsqueda llegó a su fin. Cuando el destino de los 44 tripulantes del ARA San Juan pareció perdido para siempre en algún punto remoto del Atlántico sur, una empresa privada halló los restos de la nave a 907 metros de profundidad y a unos 600 kilómetros de la costa de Comodoro Rivadavia, en la Patagonia argentina. Así lo registra en un amplio reportaje el diario El País. Conoce la historia.
El hallazgo llegó a un año y un día de la última comunicación del submarino argentino con su base y horas antes de que Ocean Infinity diera por abortada la misión. El Gobierno de Mauricio Macri deberá ahora decidir si emprende el rescate del casco, una operación compleja que aún no fue ni siquiera analizada, o deja que los cuerpos de los marinos descansen para siempre en el fondo del mar. Los familiares de la tripulación se enfrentaron el jueves al presidente en un acto realizado en Mar del Plata, destino final del submarino, descreídos ya de que el hallazgo fuese posible.
Según las primeras informaciones aportadas por la Armada, el ARA San Juan se encuentra en la zona 1, que corresponde con el lugar donde hace un año organismos internacionales encargados del control de pruebas militares submarinas no autorizadas detectaron una «falla hidroacúsica», es decir, una explosión. La zona 1 fue en su momento rastrillada con sonares, pero sin éxito.
El #MinisterioDeDefensa y la #ArmadaArgentina informan que en el día de la fecha, habiéndose investigado el punto de interés N°24 informado por Ocean Infinity, mediante la observación realizada con un ROV a 800 mts de profundidad, se ha dado identificación positiva al #AraSanJuan
— Armada Argentina (@Armada_Arg) 17 de noviembre de 2018
El submarino está apoyado sobre un sector de fuertes corrientes, conocidas como cañanadones. Se encuentra «totalmente deformado, colapsado e implosionado» y «sin aberturas de consideración», dijo el Gabriel Attis, jefe de la base naval de Mar del Plata. En un informe que leyó a los familiares de las víctimas del accidente, Attis explicó que «el casco se encuentra en una sola pieza». «Sobre la banda de babor, se observa muy deformado hacia el interno, la calota de proa visiblemente íntegra y compartimento de torpedos y cámara de oficiales totalmente colapsado», agregó el comandante. Los familiares escucharon al marino y le pidieron que el submarino sea reflotado. Ese será ahora el gran desafío del Gobierno, que enfrenta una tarea titánica que, incluso, no está claro que sea posible realizar.
La Armada Argentina confirmó el éxito de la misión de búsqueda mediante un breve mensaje que subió a su cuenta en Twitter después de comunicarse con las familias de los marinos muertos. “El Ministerio de Defensa y la Armada Argentina informan de que en el día de la fecha habiéndose investigado el (Punto Dato) POI 24 informado por la empresa Ocean Infinity, mediante la observación realizada con un ROV (vehículo de observación remota) a 800 metros de profundidad, se ha dado identificación positiva al submarino ARA San Juan”, informó. Luego, el portavoz de la Armada, Rodolfo Ramallo, dijo que «ahora se abre otro capítulo» en la historia del submarino. «Hay que continuar con el análisis y ver realmente lo que pasó. Es necesario tener cautela, por respeto a las familias», agregó Ramallo en declaraciones al canal de noticias TN.
La posibilidad de hallar el submarino creció en la mañana del viernes, cuando la empresa decidió enviar un vehículo a analizar un punto donde los sonares habían detectado un objeto de 60 metros de largo apoyado sobre el fondo marino. La imagen había sido catalogada como categoría C, de “fuerte probabilidad”. Por eso volvió a la zona del hallazgo cuando el tiempo lo permitió y, tras unas pocas horas de búsqueda, las cámaras de un vehículo no tripulado confirmaron que, efectivamente, la imagen registrada un día antes correspondía al ARA San Juan. «Un 15 nos lo quitó, y un 15 nos los trajo de vuelta. Tantos sentimientos tenemos en estos momentos, pedimos respeto y honor para ellos, un paso más cerca de volver a casa #44heroespresentes #arasanjuan», escribieron los familiares de los tripulantes en su cuenta oficial en Twitter.
La empresa, que se había puesto este viernes como plazo máximo para la búsqueda, recibirá ahora 7,5 millones de dólares (6,57 millones de euros). Esta suma estaba supeditada al éxito de la operación, iniciada a principios de septiembre. 40 tripulantes trabajaron durante dos meses a bordo del buque Seabed Constructor, de bandera noruega, y rastrillaron 7.000 kilómetros cuadrados de lecho marino.
Ocho horas antes del hallazgo, la Armada informó de que la nave había puesto proa «hacia el Sitio 1, área 15A-4, para investigar con ROV el punto de interés N°24. Por mejora de la meteorología el arribo será aproximadamente a las 22 horas». Al filo de la medianoche confirmaba el hallazgo. Ha sido toda una proeza, cumplida al límite y cuando el Gobierno argentino y los familiares ya daban por perdido al ARA San Juan.
En el homenaje realizado el jueves en Mar del Plata, Macri escuchó el reclamo de las familias de los marinos desaparecidos que se consideraron maltratados y olvidados por el Gobierno. El Presidente tuvo que prometerles que la búsqueda continuaría, pero un fracaso de la empresa Ocean Infinity dejaba sin demasiadas opciones a la Casa Rosada. «¡Cuánto lamento que nada de lo que diga pueda calmar el dolor!», les dijo Macri, sin saber aún que horas después una imagen de sonar daría pistas certeras sobre el casco.
Durante el primer mes que siguió a la desaparición del ARA San Juan, 10 países prestaron buques y aviones en las operaciones de búsqueda. En un momento dado, hasta 27 barcos rastrillaron a un mismo tiempo las zonas posibles, ubicadas en la ruta que une Ushuaia, el puerto de partida del submarino, con su destino en Mar del Plata. Pero ni siquiera los equipos más modernos de Estados Unidos y Rusia pudieron dar con el casco.
El ARA San Juan se comunicó por última vez con su base de operaciones en Mar del Plata durante la mañana del 15 de noviembre del año pasado. Su capitán informó entonces de que una entrada de agua había producido un cortocircuito en uno de los bancos de baterías, lo que derivó en un principio de incendio. Pero eso fue todo. El submarino se encontraba en buenas condiciones y con rumbo a Mar del Plata, según lo fijado en la hoja de ruta.
Horas después de aquella comunicación oficial, un sistema de alertas de pruebas militares detectó una explosión en el Atlántico Sur y tanto el Gobierno argentino como las familias supieron que se trataba del ARA San Juan. Los motivos que provocaron el colapso del buque son aún materia de especulación. Un cuerpo de expertos determinó que lo más probable fue una falla en el snorkel, que permitió una entrada de agua en una maniobra de recuperación de oxígeno realizada con mar muy bravo. Tras una noche de trabajo para controlar el incendio, en medio de un ambiente irrespirable por el aire contaminado por la combustión, el buque volvió a sumergirse y siguió su ruta.
Pero un segundo incendio habría terminado en desastre. La tripulación, agotada, poco pudo hacer. La explosión detectada fue, según los expertos, una implosión, producida por la presión de afuera hacia adentro del casco, que quedó reducido a un amasijo apretado de hierro. El hallazgo del ARA San Juan podrá ahora ayudar a reconstruir que pasó realmente hace un año en el fondo del mar.
Con información de El País.