Ciudad de México.- La expresidenta del PRI, Dulce María Sauri Riancho, se pronuncia en favor de que la próxima dirigencia del partido recaiga en el jefe de los diputados, Manlio Fabio Beltrones, pero bajo la claridad estatutaria de que no será presidenciable para 2018.
Es importante el restablecimiento del candado estatutario que impide que los dirigentes nacionales —presidente/a y secretario/a general— aspiren a la Presidencia de la República. La experiencia de 2002-2005 fue demasiado costosa y está muy cerca como para dejarla a un lado. Necesitamos una dirigencia nacional libre de toda sospecha, capaz de repartir el juego y moderarlo”, plantea.
En entrevista con Excélsior especifica:
Espero ver a Manlio Fabio Beltrones en la dirigencia nacional, como candidato a senador y coordinador parlamentario del PRI en el Senado en 2018, cuando por primera vez se implante el gobierno de coalición. En la presidencia del PRI, su capacidad política pondrá los medios necesarios para que los aspirantes presidenciales puedan ser conocidos por la ciudadanía, sin menguar el cumplimiento de sus responsabilidades públicas y manteniendo la indispensable disciplina interna en la postulación del candidato/a del partido en el gobierno”.
Sauri Riancho advierte que si bien el triunfo de 2012 cambió el escenario y que, nuevamente, se conformó un centro de poder en la figura presidencial, ahora hay notorias diferencias con relación al tiempo anterior a la derrota de 2000.
El sistema multipolar no desapareció del todo. Persiste en la conciencia de la fuerza que cada uno de los gobernadores sabe que posee en sus estados, en que las desviaciones de los sanos principios de la administración pública y de gobierno no son sancionados ni política ni legalmente. Cualquiera de los mandatarios estatales priistas se puede considerar con méritos suficientes para aspirar a la candidatura presidencial, con independencia de sus posibilidades.
Hay un Peña Nieto en la mayoría de ellos. Esta situación es fuente potencial de tensiones internas, inéditas en las estructuras partidistas”, pronostica.
