MÉXICO.- La llegada de migrantes a Ciudad Juárez, Chihuahua, ha tomado otro rostro.
En apenas un mes, dos mil 500 mexicanos que dicen huir de la violencia en sus estados, arribaron a esa urbe fronteriza para solicitar asilo político en Estados Unidos.
Se instalaron en campamentos improvisados en las inmediaciones de los puentes internacionales.
Se trata de una situación extraña, inusual y grave, según coinciden los directores de Derechos Humanos del ayuntamiento de Ciudad Juárez y la Casa del Migrante, respectivamente.
«Si nos llama mucho la atención porque no es algo normal, no es un flujo normal de migración. Primero se empiezan a asentar en el Puente Santa Fe un grupo de 10, 15 personas, de un momento a otro ya son 30, de un momento a otro ya son 100, así sucesivamente”, dijo Rogelio Pinal, director de Derechos Humanos del Ayuntamiento de Ciudad Juárez.
«Voy para 10 años en la Casa del Migrante y es común que el mexicano pase, quiera pasar o haga el intento al igual que los centroamericanos pero nunca en grupos, nunca en algunos entes clave, los 3 puentes claves: Puente Santa Fe, Puente Libre, Puente Zaragoza”, detalló Javier Calvillo, director de albergue ‘Casa del Migrante’ de Ciudad Juárez.
«Aquí la mayoría somos de Michoacán, está difícil allá. Pues la inseguridad más que nada de hecho, a mí me hicieron una llamada para amenazarme, traigo unos mensajes ahí también que me mandaron que me iban a que iban a matar a mi esposa y a mí”, señaló Enrique, quien busca de asilo en Estados Unidos.
Enrique y su familia, agricultores michoacanos, llevan dos semanas viviendo a la intemperie, en una banqueta de Ciudad Juárez, tras la amenaza de muerte de que fue objeto.
Asegura que la violencia en Michoacán se encuentra fuera de control y no sienten apoyo del gobierno del Estado.
Enrique forma parte de cientos de michoacanos que viven en este campamento en espera de que les toque su turno para subir al puente fronterizo y solicitar asilo en Estados Unidos.
«Tenía de unos meses atrás, me habían dicho que estaban dando este refugio aquí en Estados Unidos, por lo mismo de la violencia y eso, hay muchos secuestros, hay extorsiones por donde quiera”, insistió Enrique.
«Fueron a la frontera a buscar un mejor futuro pues, de la delincuencia, porque está difícil, ¿había amenazas contra ustedes, su familia? No, pero muchas personas han sido amenazadas ahí alrededor, que no, no queremos pues ponernos llegar a ese límite nosotros”, explicó el señor José.
Las caravanas de mexicanos empezaron a llegar a Ciudad Juárez en septiembre. La mayoría procede de Michoacán, Zacatecas, Durango y Guerrero.
En el Parque Chamizal, a pocos metros del Puente Libre, los campamentos están organizados por estados. Hay un líder por entidad que los apunta en una lista, les asigna un número y así esperan a que la autoridad migratoria de Estados Unidos decida llamar una cantidad de familias para empezar el trámite. El tiempo de espera es indefinido.
Los connacionales son apoyados por organizaciones como la cruz roja que les proporciona alimentos, cobijas y juguetes para los niños.
«Tenemos aparte de darles la asistencia humanitaria, tenemos un programa en el cual hacemos restablecimiento de un contacto con la familia, con el cual les permitimos o apoyamos con una llamada telefónica de 3 minutos”, señaló Gabriel Reyes, coordinador administrativo de la Cruz Roja de Ciudad Juárez.
A diferencia de los centroamericanos que son retornados a México para esperar el trámite del asilo, los mexicanos deben llevar el proceso del lado estadounidense al ser oriundos de un país vecino de Estados Unidos.
«Ahora son mexicanos, están en su país, somos vecinos, la cuestión de la diplomacia, de las reglas del asilo político marca otra cosa. En cuestión de voltear a ver y hacer una acción creo que no, ni el gobierno federal, ni el gobierno estatal o municipal”, dijo Javier Calvillo, director del albergue ‘Casa del Migrante’, de Ciudad Juárez.
El director de Derechos Humanos de Ciudad Juárez, admite que esta situación es más compleja que la vivida con los centroamericanos y que cada día llegan más personas.
Rogelio Pinal asegura que la autoridad municipal busca trasladarlos a un albergue, pero ellos se niegan. Estima que el 40% de quienes están en esos campamentos son niños.
«Es muy muy complicado. Lo que nos preocupa son los niños y niñas que se encuentran en situación de calle con sus papás, porque Juárez es clima extremoso. Estamos en una situación grave, sí, porque tenemos personas en la calle, esa es la situación grave y como autoridad estamos limitados”, dijo.
Situación que los lleva a plantearse si los mexicanos que acampan en la vía pública de Ciudad Juárez son migrantes o desplazados de la violencia.
«Nos sentimos desesperados, pero pues hay que aguantar, más que nada. También pa’ llegar y regresarse uno luego, luego, pues no tendría chiste”, enfatizó el señor Antonio.
«Hace una hora digamos, mi hijo yo lo encontré, estaba en aquel rincón y me dice: mamá, este…pues vámonos, dice, que al cabo si me matan pues, bueno. Le digo, mijo, no”, concluyó Angelina, oriunda de Zacatecas en busca de asilo en Estados Unidos.
Con información de Luis Pavón / Foto: Noticieros Televisa