Rusia. – El saldo por la explosión de gas que destruyó un edificio en la localidad rusa de Magnitogorsk, en los Urales, es de 39 muertos.
“Hemos extraído el último cuerpo, número 39, y garantizamos que en el edificio ya no hay más personas, por lo que el Ministerio de Emergencias finaliza la operación de rescate», dijo viceministro del Ministerio de Situaciones de Emergencia, Alexandr Chuprian.
El funcionario detalló que de las víctimas, 38 ya fueron identificadas. El funeral será mañana.
La explosión del lunes destruyó 35 apartamentos del bloque en el que residían al menos 120 personas y causó daños parciales a otros pisos. En el lugar, vivían en total mil 100 ciudadanos.
El edificio de hormigón fue construido en 1973, durante la época soviética.
En medio de la tragedia, entre los escombros fue sacado con vida un bebé de 10 meses quien sigue hospitalizado debido a que sufrió lesiones por congelamiento. Pasó 35 horas atrapado con temperaturas de hasta menos 20 grados Celsius (-4 Fahrenheit).
El menor está en una institución médica en Moscú, donde lo reportan como estable. Medios locales afirman que el bebé tiene lesiones que indican «síndrome de aplastamiento»: un fuerte shock y disfunción renal característicos de personas atrapadas bajo objetos pesados.
Hoy el alcalde de Magnitogorsk dijo que lo ocurrido en el edificio no tiene conexión con una violenta explosión de un minibús en la misma calle un día después.
La explosión del vehículo ocurrió a 2.5 kilómetros del edificio desplomado. La policía dijo que el minibús llevaba recipientes de gas, pero no dio más detalles.
El Servicio de Seguridad Federal de Rusia aseguró que el colapso del edifico fue causado por una explosión de gas, con lo que descartó que fuera obra de un atentado terrorista.
Con información de La Nación y AP