En esta última entrega conoceremos algunos consejos prácticos para poder apoyar a nuestra piel a lucir cada día mejor.
Siempre ayuda el conocer la ciencia del cuerpo y estar al tanto de las investigaciones más recientes sobre la salud de la piel. Tal vez la apariencia no sea lo más importante… pero no hace daño verse bien.
Bebamos más agua. Nuestra piel es el último órgano en recibir nutrientes y necesita estar hidratada. Tal vez pensemos que con dos litros de agua al día es suficiente, pero consideremos que si nos ejercitamos y llevamos a cabo otras actividades extenuantes, necesitamos todavía más. Para que el agua sea más agradable, agreguémosle unas rebanadas de limón o pepino.
Durmamos suficiente. Todos necesitamos una cantidad diferente de sueño para vernos y sentirnos bien, pero tratemos de dormir de siete a ocho horas diarias. Los patrones de sueño regulares favorecen la secreción natural de la hormona del crecimiento humana, que fomenta la producción de colágeno y el intercambio celular, el cual saca a la luz una piel radiante y saludable.
Ejercicio. Hagámonos a la idea, el ejercicio ya debe ser parte de nuestra rutina semanal por sus beneficios físicos y psicológicos, además de acelerar la circulación y el flujo de nutrientes a la piel; también es excelente para reducir el estrés. Estar en paz con la vida y con nosotros mismos nos ayuda a regular las hormonas y a que nuestra piel se vea mejor.
Comamos alimentos nutritivos. Es difícil imaginar una piel saludable sin una dieta balanceada. Obviamente las frutas y verduras deben ir a la cabeza de nuetra lista de alimentos, pero estos otros son especialmente buenos para la piel:
-Yogurt griego
-Nueces
-Pimientos amarillos, anaranjados, verdes y rojos.
-Frijoles
-Fresas y frambuesas
-Granada
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