MÉXICO.- Hace 20 años, Alejandro Irigoyen, ingeniero industrial, tuvo el sueño de dar la vuelta al mundo en un velero.
Su espíritu aventurero surgió en el Lago de Valsequillo, en Puebla.
Hoy, a sus 45 años, ese sueño se hará realidad cuando la tarde del sábado zarpe de Acapulco al lado de su esposa, Bernardette Sánchez del Castillo, y sus tres hijos: Alexa, Diego y Vital.
La travesía, que estiman dure dos años y medio, los llevará por el océano Pacífico, el Índico, así como el Canal de Suez, el Mediterráneo, el Atlántico, Panamá, hasta regresar a Acapulco.
La familia, que será la primera mexicana en hacer este viaje, hará el recorrido a bordo del velero «Aldivi», nombre que surge de las iniciales de los menores.
En entrevista con Paola Rojas, hablaron sobre su viaje.
«El mar es apasionante y el tema de la navegación a vela es algo que te lleva a un viaje interior increíble. Esa sensación que me generó las primeras navegaciones oceánicas fueron las que determinaron el que hiciéramos este proyecto. Me encantaría que mis hijos tuvieron esa claridad de vida», dijo Alejandro.
Dijo que el mensaje no solo es el de una aventura en familia, sino que es un mensaje de paz.
«Viene la presidenta mundial de Bandera de la Paz, la doctora Alicia Rodríguez, nos honra con el abanderamiento del barco nombrándonos mensajeros de paz y vamos a hacer una misión como embajadores de paz en un México que le hace falta mucho hablar de proyectos que inspiren».
Bernardette habló sobre el papel que le tocará desempeñar en los dos años y medio que dure el viaje.
«Seré la maestra, la terapeuta, la enfermera, la que haga el quehacer, todo. Lo que está interesante es este equipo que se ha formado familiar. (…) El título de nuestro proyecto se llama ‘Soltando, amarras’ y nos soltamos de las amarras que nos atan al mundo, a este mundo que nos hace vivir con demasiada aceleración y nos vamos al mar a estar realmente con nuestros hijos, desconectarnos de las redes sociales».
Dijo que ese desapego de las cosas que los distrae de su papel como papás es lo que los tiene «apasionados».
«Me muero de ganas de poder pasar por esta crisis y después esta estabilidad emocional de todos donde vamos a estar muy conectados y teniendo una convivencia que en la ciudad no la podemos tener».
Para resolver temas como el agua potable, la comida, etc. Alejandro explicó que el barco está hecho para expediciones antárticas.
«Es un barco muy bueno para el propósito, está excedido en seguridad. Tiene una bomba de desalinización para tener agua potable. (…) Llevamos un congelador, comida, latas y vas pescando, y en cada puerto vamos a reabastecernos de lo necesario».
La despedida de la familia es el sábado, a las 17:00 horas, en el Club de Yates de Acapulco.
«Nos entregan la Bandera Universal de la Paz», agregó Bernardette.
Con información de Noticieros Televisa / Fotos: Facebook / Soltando Amarras