Fraternidad sin fronteras, el apoyo a personas con alguna discapacidad intelectual

MÉXICO.- Ellos hacen lo que nadie se ha atrevido hacer.

 

Dan casa, alimentación, vestido, asistencia médica, rehabilitación física y emocional a hombres y mujeres con alguna discapacidad intelectual, que están en abandono total.

«‘Fraternidad sin fronteras’ es su casa, no es un albergue donde entran y salen. No. Esta es su casa, porque no tienen más casa, están totalmente abandonados y con discapacidad», afirma María del Carmen Madero, directora de la Fundación.

Pero sobre cualquier ayuda, desde hace 25 años la fundación «Fraternidad sin fronteras» les ha dado dignidad.

«La dignidad para nosotros es entendida en una calidad de vida adecuada que tiene que ser exactamente la que tu yo yo, y toda la sociedad tenemos. (…) Nos aseguramos que todas las personas que viven en la fundación tengan acceso a sus derechos», comenta Víctor Hugo Frías, coordinador del programa de inclusión social.

Actualmente dan atención a 78 personas, desde los seis años hasta los 80 que tiene la mayor.

Desde el área médica les dan rehabilitación física y emocional, pero sobre todo les ofrecen un programa de inclusión.

«Lo que hace el equipo de inclusión social es coordinar el desarrollo de una serie de actividades terapéuticas, actividades recreativas, actividades culturales, talleres, que se convierten en desarrollar habilidades para que en un futuro puedan estar incluídos en la sociedad», asegura Víctor Hugo.

Proyectos productivos 

A partir de este programa, han desarrollado proyectos productivos como el tener una huerta, en la que siembran y cosechan toda clase de verduras.

«Toda esta huerta nos permite generar productos, uno para que se siembren y se cosechen y se consuman dentro de la institución. (…) Con el apoyo de voluntarios, hemos estado creando productos que nos permiten tener presencia y vender algunos productos en los cuales los beneficiarios puedan trabajar».

Así, por ejemplo, cosechan lavanda que han convertido en un cosmético. Otro más es la citronela, con la que elaboran un spray para repeler moscos. También elaboran moles y chocolates.

Como parte de este programa de inclusión, los que tienen capacidad de hacerlo, van a la escuela.

«Acá yo voy a la escuela, estudio, ya casi voy a terminar la escuela. (Estudio) cerigrafía, estampo playeras y pantalones», comenta Martha Reyes Calderón.

Incluso, tres de ellos ya han conseguido empleo en empresas solidarias.

«Estoy convencida que todas estas personas tienen un lugar en la sociedad. (…) Si tu crees en las personas con discapacidad, les das la oportunidad, te llevas muchas sorpresas favorables», concluyó Madero.

En entrevista con Paola Rojas, la presidenta de «Fraternidad sin fronteras», Gabriela Salles, dijo que este proyecto es una herencia de su mamá.

«La señora Graciela Sodi y la señora Yolanda Salles empezaron con esta fundación porque les avisaron que había unas personas viviendo en unas condiciones terribles en un terreno baldío donde todas eran indigentes, todas tenían enfermedades y todas estaban en condiciones infrahumanas».

La presidente de la Fundación MGAS, Mari Rouss Villegas, habló sobre la importancia de este proyecto.

«(Es) un programa donde se respetan los Derechos Humanos de las personas con discapacidad intelectual, cosa que a lo mejor en la sociedad ni siquiera tenemos».

Mari Rouss agregó que la ciudadanía puede visitar la fundación, como voluntarios.

«A convivir con ellos, a enseñarles música, baile, arte. Pueden venir a participar con ellos».

 

 

 

Redacción / Foto: www.fraternidadsinfronteras.com

 

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